Tribuna

José Antonio Nieto

¿Es de izquierdas el Palacio del Sur?

CON demasiada frecuencia algunas formaciones políticas se empeñan en fijar un sello ideológico en cada medida, en cada decisión, en cada propuesta. Desde el PP hemos sostenido, antes y ahora, que la política local debe regirse por criterios de eficacia y no por criterios geográficos o ideológicos -izquierda o derecha-.

No obstante, he querido analizar desde esa óptica ideológica uno de los proyectos más importantes, más notables y más controvertidos de los distintos gobiernos que ha encabezado Rosa Aguilar en los nueve años que lleva como alcaldesa de Córdoba: el Palacio del Sur.

¿Era de izquierdas, rojo o progresista apostar por un proyecto de más de 160 millones de euros, gestionado y construido por la iniciativa privada y garantizado en todos sus extremos por el dinero público para evitar hasta el menor riesgo a la empresa concesionaria?

¿Es de izquierdas, rojo o progresista elegir el único proyecto de todos cuantos se presentaron al concurso de ideas que no encajaba en el espacio propuesto, duplicar su coste a lo largo de la redacción del proyecto, pasar del "no le costará ni un duro a la ciudad" a tener que garantizar toda la inversión, prometer más de siete veces el inicio de la obra y no cumplir con ninguna de esas promesas? Si uno se fija en los hechos, en lo que le importa a la gente, lo único cierto es que tras ocho años de promesas y medias verdades, hoy lo único que existe un solar vacío en Miraflores, una maqueta con el sello del MOMA, casi 9 millones de euros gastados y una gran incertidumbre sobre el futuro de este proyecto.

Es curiosa la evolución de un proyecto que empezó siendo "el Palacio de la Ambición", el del "gratis total", el del prestigio de su redactor, Rem Koolhaas, y el de la vanguardia para la ciudad. Pero al pasar de la teoría a la práctica nació el "Palacio de los Inconvenientes".

Período de soledad de una alcaldesa que no está a la altura de las circunstancias, pues no logra conseguir el apoyo económico de nadie. Excusas de una alcaldesa que opta por las promesas vacías, que nunca llegan a concretarse. ¿Acaso eso es la política de izquierdas?

Tras la confirmación de que no era viable el proyecto tal y como estaba concebido, llegó el momento de buscar el culpable fuera. Primero se intentó con el padre de la criatura, el que fuera presidente de la Gerencia de Urbanismo y candidato socialista, José Mellado. Después tocó culpar a quien cumpliendo escrupulosamente lo pactado, se retira del proyecto: Ferrovial.

¿Es de izquierdas firmar un contrato en base a un pliego de condiciones que se incumple permanentemente a lo largo de la tramitación del Palacio del Sur? ¿Es de izquierdas modificar un acuerdo plenario para sacrificar los intereses de la ciudad y garantizar a la empresa el pago de todos y cada uno de los gastos que tenga que realizar? Nadie ha respondido a estas preguntas y por muchos alpechines que pongamos en el camino yo creo que la diferencia es que Ferrovial está defendiendo sus intereses en base a lo firmado con el Ayuntamiento.

Tras todo este tiempo, desde el PP no queremos entrar en otra fase que también sería negativa para la ciudad, la del "Palacio de los reproches". Pero es necesario reconocer lo que se ha hecho mal para reconducir el proceso. Es urgente cambiar los procedimientos y a las personas que han fracasado en el intento de poner en pie el Palacio de Congresos y, sobre todo, no se puede seguir, desde el gobierno municipal, en la estrategia del regate corto que sólo sirve para salvar el titular del día siguiente.

El PP entiende que ha llegado el momento de impulsar una solución definitiva. Por ello se compromete a trabajar, como grupo mayoritario, para que Córdoba cuente con esta infraestructura clave, defendiendo un proyecto que tenga una sala principal nunca inferior a 2.400 butacas, 1.200 plazas de aparcamiento y un coste que oscile entre los 80 y 90 millones de euros.

Para ello, el gobierno de la ciudad deberá reconocer sus errores, cambiar de estrategia, modificar los equipos y exigir el apoyo claro, expreso y generoso del resto de administraciones públicas. Con el objeto de levantar el que no será un Palacio de Izquierdas o de Derechas, incluso puede que no sea el Palacio del Sur, pero sin duda será el Palacio de Congresos que nos devuelva la ilusión, la confianza y la capacidad para ganar nuestro futuro.

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