UN periodista catalán explica en su blog para justificar la huella sefardí en Israel que en la puerta de una librería de Jerusalén hay un cartel que dice: "Sé hablar castellano, yidish y cordobés". Este colega no puede alcanzar la trascendencia que tiene este hallazgo, puesto que encontrar a alguien que conserve fresca la pronunciación de sipote y saquito al modo del siglo XIV es algo digno de un curso de verano, por lo menos. En caso contrario, Carlos Oliveros puede coger una cámara y largarse ya a la ciudad tres veces santa para ofrecernos en su programa Con asento cordobé de Localia TV a este fósil que habrá heredado consuetudinariamente el léxico de sus antepasados -que vivirían en la Puerta de Almodóvar, seguro- y la receta del mejor vargas fresquito. El librero no sabe en la que se ha metido con el letrero, porque a lo mejor aparece por allí Joaquín Criado y le monta una sesión en la Real Academia. Eso fijo.
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