LA aparición de un modelo de teléfono móvil no había despertado nunca tanta expectación como la salida al mercado en España del iPhone. Con este aparato, Apple toma el mando en plaza del amplio sector de caprichosos, frikis y adictos de la telefonía móvil. El iPhone es algo más que un teléfono y eso lo saben los más de 200.000 españoles que están apuntados a una lista de espera de la que no se sabe si Telefónica podrá satisfacer a todos. Aquí es donde salta la perplejidad: Después de tanto lujo promocional, tanta publicidad y tanta espera, la empresa que monopoliza su venta en España afirma, con la cara del témpano, que no sabe si podrá cubrir la demanda que ellos, totalmente o en parte, han generado. Ayer, precisamente, ninguno de los comercios que lo van a vender en Córdoba sabian aún si a día de hoy podrían disponer de algunos iPhone con los que cumplir con el rito consumista.