EN esta ciudad tan carente de memoria, aún resuenan las voces de quienes se oponían hace una década a que la Feria del Libro saliera de su entorno natural del bulevar del Gran Capitán. En aquel momento se montó una buena, de considerables dimensiones, que hizo imposible que fructificase la intención de trasladar las casetas al Paseo de la Victoria. La defensa de un lugar y otro fueron las trincheras desde donde se lanzaron los más duros improperios hasta que, como pasa siempre, quien salió perdiendo fue la ciudad que careció por un tiempo de Feria del Libro. ¿Cuál fue el detonante de esta guerra? Pues nada menos que el PP, el que desde el Ayuntamiento defendía el cambio de celebración. Ahora, el PSOE -tan beligerante entonces- es el que se traga sus palabras y se lleva los libros a la Victoria, como si nada hubiese ocurrido, como si nada hubiesen dicho. Uf, Córdoba es a veces una ciudad difícil de entender.