La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Si es comunista no es dictador

Carrillo mantuvo hasta el final la admiración hacia los dictadores comunistas sanguinarios

Que en 2012 Carrillo incluyera en su libro La lucha continúa los elogios dedicados a Kim Il Sung en 1994 demuestra cómo, pese a su importante papel en el eurocomunismo y la Transición, mantuvo hasta el final esa admiración hacia los dictadores sanguinarios que eran de su cuerda, desde Stalin a Kim Il Sung o Ceaucescu, tan representativa del negacionismo de los crímenes comunistas que aún practica la izquierda extrema: "A sus 74 años el presidente de Corea del Norte conserva su fortaleza física y su plena lucidez mental, (…) la adhesión y el apoyo máximo de su pueblo (…). Si ha ido traspasando parte de sus funciones a Kim Jong Il, ha sido con el propósito de que la sucesión (...) se produzca de la forma más normal, sin crisis de liderazgo. He visitado muchas veces la RPDC; la última, hace poco más de un año. (…) Y he comprobado que se trata de uno de los más avanzados de Asia. Me honro desde hace años con la amistad personal del presidente Kim Il Sung. (…) Es uno de los jefes de Estado más inteligentes que he conocido, uno de los hombres de espíritu más abierto a los nuevos problemas de esta época". Este gran hombre asesinó más de 1.600.000 personas, a las que hay que sumar las víctimas de su hijo Kim Jong-Il y su nieto Kim Jong-un, porque se trata de una monarquía comunista aunque a Carrillo esta dictadura hereditaria le pareciera una forma normal de sucesión.

En el prólogo del libro, escrito en enero de 2012, en plena crisis, Carrillo se alineó con el 15-M pre-podemita al afirmar: "La democracia no funciona, los poderes políticos se alejan del pueblo y al final a éste solo le queda la calle para expresar su malestar y su confusión". Añadiendo una anacrónica referencia stalin-paternalista a "la gente sencilla" y una propuesta que se concretó dos años después en Podemos: "Si la socialdemocracia no rompe con la actual política deberían aparecer fuerzas nuevas que se hagan cargo de salvar la civilización, el bienestar, la democracia y la paz, de impedir un retraso humano de más de un siglo".

Aparecieron y, bromas de la historia, se zamparon lo que del PCE sobrevivía en IU. Seguro que de haberlo visto el viejo comunista se frotaría las manos. Cuando lo expulsaron en 1985 dijo al Comité Central: "Lo que vais a hacer os va a costar caro". Y tanto. Justo un año más tarde IU se tragaba al PCE y en mayo de 2016 Unidos Podemos se tragaba a IU. Fin de la historia. Y del PCE.

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