Tinta y borrones

La ciudad que queremos ser

El debate sobre la memoria histórica está llegando a un punto algo desagradable y muy emborronado

Con todo el respeto a las víctimas del franquismo, que deben reivindicar todo y más a pesar que de nunca habrá justicia suficiente para reparar tanto daño, el debate sobre el dictamen que realizó la comisión de memoria histórica está llegando a un punto algo desagradable y se está emborronando demasiado con acusaciones diarias de unos y otros. La alcaldesa, Isabel Ambrosio, confirmó el sábado -ya lo había dicho- que iba a asumir el contenido del dictamen que se aprobó en esa comisión y que contempla la retirada de una quincena de calles, entre ellas Cruz Conde, Vallellano y la plaza de Cañero. A partir de ahí, el PP la ha acusado de radical, mientras que el Foro por la Memoria Histórica también ha arremetido contra la regidora por considerar débil su postura, ya que ha considerado que la prioridad para el gobierno municipal debe ser la exhumación de fosas. El debate tendrá hoy otro capítulo, pues una organización ha citado a los portavoces de los grupos municipales para que traen este asunto. Será una buena oportunidad para ver cuáles son sus posiciones, aunque lo cierto es que lo han dejado bastante claro.

Resulta que en Sevilla se ha aprobado por unanimidad el nombre de los vestigios franquistas en el callejero, aunque lo cierto es que no había ningún nombre excesivamente polémico. En Málaga el PP ha votado a favor, junto con el resto de partidos, de retirar el nombre a la avenida Carlos Haya -el Hospital ya no se llama así desde hace unos años- por haber sido el piloto de Franco. Y Málaga, la ciudad a la que todos miramos como ejemplo de desarrollo turístico, cultural y económico vuelve a darnos un motivo para reparar en ella. Decía el catedrático de Historia Manuel Peña en una entrevista que concedió a este periódico que en Córdoba pesa mucho todavía la religión y es una ciudad muy conservadora. Sin renunciar a nuestras señas de identidad e idiosincrasia, no es éste un buen momento para preguntarnos qué ciudad queremos ser? Realmente todo este asunto me genera muchas dudas pero hay algo que tengo más o menos claro y es que el cambio que necesita Córdoba pasa por muchas cuestiones y esta puede ser una de ellas. ¿Qué ciudad queremos ser? Una que mire al futuro y que se desprenda de sus complejos.

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