Fuera de cobertura

Elena Medel

¿De quién es la calle?

Conductor, alerta: los arcángeles custodios honren su adjetivo y te guarden del peatón, empeñado en cruzar e -incluso- blandir cierta supremacía a ocupar las calles. Y tú, caminante, no hay camino, sino transformación kafkiana en peligro para los derechos de las cuatro ruedas: tipos y tipas que pasean, solos o en manada, a veces con carritos de bebés, en otras ocasiones atendiendo más a los escaparates que al tráfico, empeñados en cruzar cuando el semáforo marca rojo -para ti-, como si la prioridad no recayese -¿en qué piensas a estas alturas?- en el motor que ruge.

Incluso en una ciudad como Córdoba, en la que los conductores aún mantienen cierto respeto hacia las normas de circulación -si opinan lo contrario, asómense por Madrid: allí los coches no frenan ante ningún color-, transitar algunas calles como peatón es un ejercicio de riesgo o, cuanto menos, una experiencia que te condena a la inferioridad de condiciones. Pienso en Cruz Conde, en el paso de cebra frente a Correos, y en los automovilistas que pisan el acelerador cuando todavía restan unos pasos para que quienes cruzan lleguen a la acera. O en algún tramo de la avenida del Cairo, de nuevo más por la mala educación al volante que porque la calzada discurra erróneamente. Y en tantas otras vías del centro, y de los barrios, cuya simple visión obliga a los conductores a tomar carretera y manta, sin importar ese bulto que pasa de lado a lado, igual que en los videojuegos.

La lógica implica una peatonalización de las ciudades, una recuperación de las calles para que sus habitantes las transiten, y por eso la opinión de Centro Córdoba reconforta por adoptar una postura tan clara e infrecuente en el ámbito empresarial. Su gerente ha apoyado la eliminación del tráfico en Cruz Conde, convencido de que supondrá un revulsivo para los comercios de la zona, más tranquilos -crisis, verano o decadencia- de la cuenta: y es que sabrá a lujo bajar de Tendillas a Ronda de los Tejares sin una lluvia de cláxones y neumáticos preparados para la embestida. Con el plan de viabilidad bajo el brazo, los responsables de Centro Córdoba se reunirán con el Ayuntamiento este mes de septiembre. No se trata de un proyecto de "gran envergadura", admiten, y provocará polémicas, y las fotografías incomodarán, pero repercutirá más en nuestro día a día que cualquier edificio emblemático. Se trata de definir, al fin y al cabo, de quién es la calle: la solución es clara, y sin gasolina.

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