Ustedes creerán que lo han visto todo, pero se equivocan: el acto final de la opereta aún no ha comenzado, el electroduende de Bruselas va en serio. Aunque dé risa. Elsa Artadi, su jefa para casi todo, ha mandado un mensaje sin dudas a la sede del Supremo y a la cárcel de Estremera. Sus parlamentarios no van a hacer presidente a Oriol, aunque salga en libertad el 4 de enero. Ni por su condición de vicepresidente de antes del 155, nada, el Parlamento está obligado a votar al electroduende de modo telemático, por bluetooth, como sea, que el reglamento lo admite todo. Esto último no hace falta que nos lo haya aclarado Elsa Artadi, con gente como Carme Forcadell se puede hacer molt honorable a un caballo. O a una mongeta. Hemos atravesado las fronteras entre el prófugo y el legal, entre el hombre y animal, entre la carne y el vegetal, lo mismo da. A cada argumento, su religión contesta con una réplica. Leo en la prensa independentista que se han producido las primeras grietas "unionistas" ante "la farsa de Tabarnia"; abro el artículo y veo que la disidencia es un artículo de Juan Manuel de Prada. Tabarnia les ha dolido en el alma, más que la Caixa y el Sabadell juntos, atenta al dogma de su fe, a la unidad de un solo pueblo, por vez primera han visto las orejas del toro. Esta noche brindaré con cava tabarnés. Feliz 2018, y a reír.

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