Tiempo de cuaresma

En Andalucía todavía es posible tomar conciencia del paso del tiempo según los ritos del año litúrgico

El hombre necesita establecer determinados puntos de referencia a lo largo del año para tomar conciencia del paso del tiempo. Desde Los trabajos y los días, de Hesíodo, a obras como Las horas, de Josep Pla; Las cosas del campo, de Muñoz Rojas, o Las estaciones, de Francisco Bejarano, el ser humano ha intentado apresar el tiempo y detenerlo. Para ello se ha basado en la repetición y la rutina de la vida cotidiana. El cristianismo divide el año en los distintos tiempos litúrgicos y el día en la denominada Liturgia de las horas, aunque esto, para parte de la población, sea cosa del pasado.

El laicismo imperante intenta olvidar que pertenecemos a una cultura judeo-cristiana, pero ni siquiera los más beligerantes logran sustraerse de las tradiciones. De ahí incongruencias tales como bautizos y comuniones laicas, tan absurdas como incoherentes. Sólo falta ir a misa laica los domingos. De un intento de aculturación se está pasando a un proceso de incultura. Raro es el niño que sepa cuándo es el día de su santo ni quién era éste, por mucho que se llame Francisco, Alberto o Bernardo, ni cómo es la historia bíblica del personaje del que lleva su nombre, pongamos por caso Ruth, Daniel o Rubén. Pocos sabrán el sentido del adviento o la cuaresma, de la candelaria y la ceniza, de los laudes y las vísperas.

Es obvio que hemos pasado de una sociedad dominada por el clericalismo a otra que se define como aconfesional, pero la cultura occidental no se entiende sin el cristianismo. En Andalucía, y eso hay que agradecérselo en parte a las numerosas hermandades que en ella existen, todavía es posible tomar conciencia del paso del tiempo según los ritos del año litúrgico. Pero tampoco aquí nos libramos de ciertas incongruencias. Hay quien se define como no creyente, pero vive todo el año pendiente de la Semana Santa y valora por encima de todo, incluso reza, al Cristo y la Virgen de su hermandad. ¿Tradición, folclore, cultura, religiosidad popular? El fenómeno es complejo y excede del espacio de este artículo, pero de su interpretación dependerá la explicación de muchas incoherencias y la justificación de determinados comportamientos.

Una Andalucía sin cuaresma no sería la misma y no sólo por las tortillitas de bacalao, las torrijas y las espinacas con garbanzos, sino por la forma de entender y vivir la vida, por esa víspera de gozo que culmina en el Domingo de Ramos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios