Tve, la de todos, pone un circo y le crecen los enanos. Hace unos años eliminó la publicidad, pero han multado al ente por excederse en el autobombo de sus producciones. O sea, que a alguno se le ha ido la mano con los anuncios del último capítulo de Águila Roja y ahora toca pagar. Pero ahí no queda la cosa, porque también arrecian, y me parece que con razón, las quejas sobre ciertos contenidos informativos, que muestran un amor vicario por el rajoyato. Basta ver en ese sentido Informe Semanal, que ninguno de sus viejos seguidores debería olfatear si no quiere cogerse un disgustazo. Porque pocas formas hay más siniestras de cargarse un programa de reporterismo para convertirlo en una emisión orientada y con tendencia inequívoca al análisis superfluo y a la frivolidad. Se observa en cualquier caso que la situación de Televisión Española es manifiestamente mejorable, lo mismo que ocurre aquí abajo con el folclórico Canal Sur, tan proclive a las básculas, los cortijos y las coplas. Es más, en tiempos donde se habla de que la educación española -y más aún la andaluza- está aún lejos de las mejores del mundo, deberían dejarse estos canales de tanto programilla de ocio, que para eso ya están las privadas, y comenzar a programar emisiones educativas y didácticas que sirvan tanto de refuerzo para los niños en su horario como de reflexión sobre la labor educativa para los padres. Porque, más allá de las clásicas tertulias de periodistas, ¿alguien recuerda algún programa sobre educación con especialistas que no sea un muermo orientado a los progenitores y en un horario decente? Y es que lo que se olfatea es que en esto de que la educación sea escasa y el sentido crítico bajo han tenido que ver mucho unos políticos, que siempre nos quisieron iletrados por más que ahora busquen excusas o se rasguen las vestiduras. El poder siempre quiso necios y el pueblo se aclimató a lo cómodo, que es pedir pan y circo, diversión y cerveza. Mientras no se salga de este círculo vicioso hacia un punto de equilibrio difícilmente avanzaremos. Y eso mucho tendrán que ver siempre los políticos, sus decisiones. TVE y su decadencia nos sirven en eso como símbolo.