El circo del Dr. Lao

Fernando González Viñas / Gonzalezvinas @hotmail.com

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

ESTE año hay -había- instalados dos puntos de paseo circular de caballitos enanos. Los caballitos ponys dan más vueltas que un tonto. A estos equinos lo que menos les importa es que se les suba un niño a la chepa ya que desconocen que según el número de niños que pasen por taquilla así será la calidad del pienso que les alimenta. Los caballitos pony sobreviven desde la época de Vallellano y al paso que va nuestra relación con los animales, imbuidos como estamos del síndrome de Mickey Mouse, les quedan cuatro telediarios. Me he puesto en contacto con la embajada de Japón y han confesado lo que yo ya sospechaba: los ponys robóticos están en camino. Queridos niños, no os preocupéis, el año que viene podréis seguir dando vueltas como un tonto montados sobre un pony robótico que cagará dulces como los que te ponen en cierta caseta de la calle Cristo de los Faroles, a 22 euros la bandejita ridícula más IVA. Los padres podrán acompañar a sus hijos detrás de los ponys robóticos, ya que el peligro de la coz en los dientes no estará contemplado en sus neuronas eléctricas y así podrán ir recogiendo los dulces boñiga para sus hijos.

Al amparo de la nueva sensibilidad podremos hacernos de nuevo la foto con el mono, uno de los clásicos de las ferias pasadas, ahora con un mono androide con las facciones del homo antecesor y que llevará colgado un brazalete azul de apoyo a Atapuerca y una peluca Luis XVI sin piejos, que diría mi madre. Aquellos monos de las fotos tenían la virtud de no cagarse encima de los hombros del que los cogía en brazos, señal de que su educación estaba más cercana a lo humano que la de los que han convertido las riberas del Guadalquivir en el río Amarillo. Posiblemente algún avispado feriante combine ambas atracciones, mono y pony mecánicos, los dos con su chip del Ayuntamiento y la considerable ventaja de cagar caramelos. El invento se venderá como los churros aun fuera de temporada de Feria, desapareciendo paulatinamente los perros, tan molestos sus detritus que hay que recoger con una bolsa -teóricamente--y siendo sustituidos por ponys o monos eléctricos de compañía. Un pony cabe en cualquier chalé, y apretándose un poco se mete en el coche y se lleva a Fuengirola en donde se le pueden sacar unas pesetillas por la noche cobrando los caramelos que caga a dos euros, que es el precio de las pipas en los toros. En el caso de los monos eléctricorobóticos de feria, podrán venir con complementos como el de morderle las uñas negras a los niños, evitando así que parezcan de mala familia. Las posibilidades robóticas en la Feria son enormes y yo ya he encargado un columnista robótico que me sustituya mientras apuro un asado de carne real, de algún animal que no cagase caramelos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios