Con la de veces que hemos hablado en los últimos años del Cercanías -otrora Metrotrén- y parece que no estábamos preparados para lo que ocurrió el viernes. Ese día, el Consejo de Ministros aprobó la declaración de Obligación de Servicio Público (OSP) para este nuevo sistema de transporte, llamado en principio a alterar la movilidad (esperemos que en positivo) de esta Córdoba nuestra. Salío en rueda de prensa el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para dar algunos detalles y, posteriormente, su departamento informó de que el Estado garantiza la prestación del Cercanías a través de la financiación de su déficit de explotación y que con ello se asegura "el derecho a la movilidad de los ciudadanos y la vertebración territorial". Como se preveía, serán 12 trenes por sentido v un itinerario de 23,4 kilómetros.

Ni que decir tiene que este anuncio desembocó en una retahíla de reacciones -todas favorables claro-, desde la propia alcaldesa de la ciudad, la socialistas Isabel Ambrosio, quien agradeció la "sensibilidad" del Gobierno central y la "celeridad" en actuar, hasta el portavoz del PP en Capitulares, José María Bellido, quien lógicamente defendió que se trata de un mérito de su partido y del Ejecutivo de Rajoy. Incluso la Junta de Andalucía destacó el avance que supone esta declaración de Obligación de Servicio Público y recordó al ministro que su deber era ese, el de asumir el déficit de explotación que se genere. En este punto, no está de más recordar al Gobierno andaluz que su obligación también es la de apoyar -con hechos y no sólo con palabras- que se complete el corredor del Cercanías en su totalidad, entre Villa del Río y Palma del Río, porque hasta ahora sólo ha mostrado compromiso en muchas ocasiones, aunque nada más. De hecho, son los alcaldes del Alto Guadalquivir y de la Vega -incluido el Grupo de Desarrollo Rural de la zona- los que se lamentan que la reivindicación siga sin atenderse y mucho me temo que pasará algún tiempo hasta que veamos el servicio al completo.

Por eso, está bien ese optimismo que parece que rebosa entre todos los actores de este largometraje llamado Cercanías. Admito que se autoalaben por las gestiones realizadas hasta el momento y que cada uno trate de arrogarse el mérito, pero nada más. Porque, de momento, aún faltan algunos pasos para que el nuevo tren sea una realidad. Resta la firma del convenio con la operadora Renfe, que ya apuntó que necesitará luego un tiempo para la formación de los maquinistas, y también está pendiente la construcción de al menos dos estaciones intermedias, todo ello sin olvidar que habrá que redefinir Aucorsa de alguna manera para compaginar ambos servicios . Así las cosas, todos tendremos que bajar de la nube, porque se ha avanzado -cierto-, aunque todavía nadie se ha subido realmente al ansiado Cercanías. Lo del viernes sólo fue un paso más, que a nadie se le olvide.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios