Concluido un breve período de vacaciones, era propósito de Las Tendillas continuar rellenando este espacio con alguna que otra "opinión" de las que, supuestamente, pudieran alegrarnos la vida una miaja. Mas, en el extraordinario decir de Pedro Sánchez, "va a ser que no": El listado de sucesos susceptibles de críticas desagradables no se encuentra, precisamente, en período de extinción. Obviamente, no seríamos… originales si, hoy, dedicásemos este lugar al análisis de una actividad terrorista de la que nada queda por decir. Al socaire del terrible suceso, incluso hemos popularizado un socorrido lema: "¡No tengo miedo!".

Dizque fue Quevedo quien señaló que "siempre se ha de conservar el temor, mas jamás se debe mostrar". De la expresión quevedesca inferimos que el "miedo" tiene mucho parecido con las bragas: Hay que "conservarlas" puestas. Pero "jamás se deben mostrar". Cosa bien distinta del "miedo" es la "preocupación" que la actividad terrorista provoca. Ningún humanoide -dotado de sentido común- puede sentirse inmunizado de una "preocupación" que puede resultar… acongojante (por no utilizar otra expresión menos… educada). Estas circunstancias (de preocupación y alarma social) no siempre traen causa de la actividad terrorista: Lamentablemente, estamos plagados de situaciones que, sin tanta repercusión mediática como la del terror, pueden… "preocupar", alarmar y hasta… acongojar. Tratamos de ilustrar lo que afirmamos aludiendo a dos hechos recientes relativos a la administración sanitaria andaluza, SAS: Hace tan solo unos días, la editora de este periódico publicaba denuncia formulada por el PP, alusiva a la "peligrosidad" que entraña el "…abuso al que se somete a los médicos y enfermeros de los centros sanitarios públicos…".

No parece novedosa, ni injustificada la susodicha denuncia: Allá por el 4 de agosto pasado, el autor de esta "opinión" tuvo que soportar la… odisea siguiente: Para un familiar, precisó -del Hospital de Cabra- los servicios de facultativo/a nutricionista. Estaba de vacaciones durante ese mes. A tenor de nuestras fuentes, no había sustituto. En el mismo Hospital, y desde Urgencias, fue requerido servicio de Ambulancia en sendas ocasiones. En la primera, tardó tres horas en llegar; en la segunda, dos. En ambas ocasiones, la atención del personal sanitario nos resultó ejemplar. Cuestión distinta es la organización administrativa del SAS: ¡Sencillamente acojonante! (con perdón).

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