Tinta y borrones

Salirse del guión

Necesitamos más niños que nos recuerden que no está mal dejar a un lado el deber y hacer lo que nos apetezca

Seguro que han visto el vídeo en el que un grupo de niños están representando el portal de Belén pero, de repente, la que hace de oveja se levanta y coge al muñeco que encarna al niño Jesús para desesperación de la Virgen María, que intenta sin éxito recuperar a su bebé y San José, mientras tanto, ni se inmuta. El vídeo ha sido de los más comentado en estos días y se admira, entre otras cuestiones, que la niña se haya salido del guión. Ocurrió también el pasado 22 de diciembre cuando la pequeña Aya Ben Hamdouch se atrevió a disputarle el protagonismo al Gordo de la Navidad con su particular modo de entonar aquello de miiiiiil euros durante el tradicional sorteo. Hay otros virales que circulan por la red de coros en los que alguien se marca un solo o de coreografías en las que a alguien le da por montar su propio número al margen de los demás. Salirse del guión es ahora mismo una tendencia en España, parece ser, y algo digno de admirar para la gran mayoría que siente, imagino, que vivimos en una sociedad en la que deja poco espacio a la improvisación.

¿Cuántas veces nos hemos salido del guión previsto? Si tomo como referencia el que mi madre tenía previsto para mí, no he cumplido ni la primera línea. La mujer, siempre pensando en mi bien, hubiera querido que fuera maestra o cualquier otro tipo de funcionaria, que me hubiera quedado en el pueblo y que, a estas alturas, ya le hubiera dado algún nieto. Nada de eso se ha cumplido, pero me sigue queriendo igual y yo a ella todavía más. ¿De verdad pensamos que hay que montar una escena peliculera para salirse del guión? ¿Tan necesitados estamos de salirnos del redil o de improvisar? ¿Hacemos siempre lo que los demás esperan de nosotros? El éxito de estos vídeos puede ser una muestra más de esta sociedad rutinaria que muchas veces castiga al diferente. Pero estoy segura de que todos nos hemos salido del guión en más de una ocasión. Y de que seguirlo a pies juntillas tampoco es malo si es lo que queremos.

Desde luego, necesitamos muchos más niños que al menos nos hagan recordar que no está mal dejar por un momento el deber para hacer lo que más nos apetezca. Y estas son unas buenas fechas para salirse del guión. Por qué no.

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