Al final del mismo Consejo de Ministros en el que se estableció el estado de excepción "en todo el territorio nacional", Manuel Fraga anunció la construcción de una autopista de peaje entre Sevilla y Cádiz. Era el 25 de enero de 1969, hacía varios días que Enrique Ruano había saltado desde un octavo piso de un edificio (a los militantes de izquierdas les gustaba volar por entonces) y, como respuesta, en las universidades de Madrid y de Barcelona les dio por quemar algunos retratos. En 1973, la autopista se abrió en su totalidad. Es más vieja que la Constitución y que todas las hipotecas que se pagaron a precio de oro para comprar un pisito en la playa. Ha vivido dos monedas, un dictador y dos reyes. Y nunca se ha dejado de pagar, ni cuando hay atascos. El peaje sólo se levantó el día que se inauguró la Expo. Ha sido un negocio redondo -no radial-, gracias entre otras razones a que la alternativa es incompatible con la vida a largo plazo. Además, la Junta -es decir, todos- pagó a la concesionaria 73 millones de euros para levantar uno de sus dos peajes. Pero el ministro de Fomento aduce ahora, después de estos 50 años, que necesitamos "un pacto de Estado" para levantar el peaje. Con todo respeto, usted es un cachondo mental. Y Juanma Moreno, pues eso, morenea, habla y habla, pero sus anuncios no los respalda ni su propio Gobierno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios