Tinta y borrones

Rafael Gómez

El juez confirma que esode que no sabía lo que firmaba ni sabía lo que era el IRPF no se lo cree nadie

Quizá no haya sido el juicio más mediático, pero si finalmente Rafael Gómez va a la cárcel lo hará por haber defraudado a Hacienda a través de sus sociedades y no por el caso Malaya, que acaparó muchas más portadas y minutos de televisión. Cinco años y tres meses le ha impuesto el juez Miguel Ángel Pareja, que en un ejercicio de didáctica magistral traduce todos los elementos jurídicos, administrativos y fiscales en una sentencia escrita para que la entienda hasta Rafael Gómez, dado que "ha repetido en numerosas ocasiones que era analfabeto", relata el juez. Y así, a través de más de 90 folios, Pareja desmonta el argumento del empresario -y fundador de UCOR, aún con representación en el Ayuntamiento- y confirma lo que la mayoría pensábamos, que eso de que él no sabía lo que firmaba y que ni quiera acierta a descifrar lo que es el IRPF no se lo cree nadie. En cualquier caso, el hecho de no conocer un delito no te exime de la culpa por haberlo cometido.

Gómez habló ayer y tiró de argumentario. Que está tranquilo. Que no ha hecho nada. Que todo ha sido un complot para hundirlo como empresario porque despierta muchas envidias. Que no va a entrar en la cárcel. Que va a recurrir.

Aún quedan recursos y trámites judiciales de por medio, por lo que no sabemos si Gómez acabará o no en la cárcel, pero quizá ni él mismo sabe la gravedad de los hechos que ha cometido, según la sentencia. El empresario ha llevado siempre a gala ese aura de personaje que está por encima del bien y del mal y, ya sea por convicción propia o porque muchos fueron cómplices y se lo hicieron creer, nunca pensaba que llegaría este momento, es posible que ni siquiera ahora lo crea. Gómez ha relatado que la propia Rosa Aguilar le dijo que "tirara palante" con las naves y que luego le dejarían una multa pequeña. 40 millones son los que impusieron y aún no los ha pagado, al igual que previsiblemente pasarán con estos 112 millones reclamados por el Juzgado, que habrá que llamar a su prima la pelá. Ha visto cómo se salvaba de la cárcel tras haber sido condenado por cohecho en la Malaya y cómo, en mitad de ese escándalo, era votado por 25.000 cordobeses, lo que le convirtió en el jefe de la oposición. La vida lo llevó a lo más alto pero, al igual que pasó de cinco a un concejal testimonial, su imperio empresarial se enfrenta ahora al dictamen de un juez que lo deja bastante claro.

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