"RENUNCIAS" INEXISTENTES

Las tan cacareadas "renuncias" no son más que ficción. En consecuencia, no pueden producir el efecto que se le atribuye

En su edición del pasado lunes -y citando fuentes de la máxima seriedad- este periódico, el Día de Córdoba, publicaba noticia según la cual, en Andalucía, "Unas 300 familias renuncian a sus herencias en sólo seis meses".

Las "renuncias" objeto de comentario son causa que produce unos efectos muy concretos: La adquisición de la titularidad de la herencia "renunciada" que pasa a ser de titularidad pública en unas condiciones de muy dudosa legalidad, a nuestro juicio.

Así, las… "renuncias"(?) suponen todo un… filón para las Administraciones en las que se están produciendo. Porque -al ritmo de las que registra Andalucía y si los hados no lo impiden- resulta obvia la posibilidad de que pueda llegar un día en el que, por mor de las susodichas "renuncias", el patrimonio privado devenga, todo él, en patrimonio de titularidad pública. Es sólo una cuestión de tiempo.

El "filón" al que aludí cuenta con el amparo de la norma reguladora: "Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones". Entre otras lindezas, hace posible que: Una herencia que en Cataluña (por ejemplo) supone un impuesto que no llega a los 300 euros, en Andalucía esa misma herencia supondría un impuesto de más de 100.000 euros. Ello acredita discriminación establecida en función de las Comunidad Autónoma y, consecuentemente, desigualdad ante la ley. En todo caso, parece admisible que la Administración embargue bienes hasta cubrir el importe de la deuda tributaria. Pero si, al amparo de la impropiamente llamada "renuncia", la Administración se apropia de bienes de un valor superior a la deuda, incurría, a nuestro juicio, en enriquecimiento injusto.

Las tan cacareadas "renuncias" no son más que ficción, a nuestro juicio. En consecuencia, no pueden producir el efecto que se les atribuye. A tenor del diccionario oficial, "renunciar" significa: "Hacer dejación voluntaria…/… de algo que se tiene, o se puede tener". Es decir: Condición imprescindible de la "renuncia" es la voluntariedad del sujeto activo, que, a juicio de Las Tendillas, brilla por su ausencia en los supuestos a los que aludimos. Más se parecen a una "expropiación", que hizo famosa un tal… Hugo Chávez, hoy en el otro barrio. Eso sí: dejando, él y sus secuaces, en la ruina al país que gobernaban a golpe de… "¡exprópiese! Esperemos que en estos abusos se oiga la voz del Defensor del Pueblo.

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