Inconformismos

MERCEDES CASANOVA

Profesión, político

Aunque la palabra política, por desgracia, en nuestro pensamiento colectivo la relacionamos directamente con corrupción, rompo una lanza por aquellos hombres y mujeres que se dedican a la política y que son sumamente honrados, y que saben que han sido elegidos para trabajar por y para la ciudadanía y que, por fortuna, he tenido el orgullo de conocer. Sé que esto es difícil de creer cuando, sólo en Andalucía, hay 153 políticos investigados actualmente por corrupción y que en España se imputan por este motivo, de media, ente seis o siete políticos diariamente. La mayoría de las personas, sobre todo los jóvenes, dirán que están hartos de política, de los políticos y sus promesas incumplidas.

Este pasotismo es terrible, porque la dura realidad es que la política rige nuestra vida. Sí, ya desde antes de nacer, porque necesitamos un sistema sanitario que se encargue del control del embarazo, pruebas, preparación, parto... También es responsable de nuestro desarrollo como personas, la educación, cultura, el tiempo que podemos compartir con nuestros padres. La política nos debe asegurar que tengamos acceso a una educación de calidad y es la que se encarga de que tengamos una vejez digna. Y hasta la manera en que queremos morir la marca la política.

Esos hombres y mujeres a los que votamos (o no) se están convirtiendo, en su gran mayoría, en profesionales, cuando ésta debe de ser una vocación, no una profesión. Les escribe alguien que durante una parte de su vida se dedicó a la política, aunque nunca en cargos institucionales. Luego volví a mi puesto de trabajo y en él he continuado hasta mi jubilación. Pero, día a día, observo que una gran parte de nuestros cargos públicos, a todos los niveles, acaparan puestos tanto orgánicos como institucionales. Hay alcaldes o concejales que son también diputados o senadores, o cualquier otro cargo, y además presidentes o coordinadores de su formación política. Desde luego, deben de tener una gran capacidad de trabajo si son capaces de estar en varios sitios a la vez, lo cual es asombroso. Teniendo en cuenta que en España hay (según datos oficiales) 445.568 cargos públicos, ya se podrían repartir el trabajo entre todos. ¿O quizás sea que quieren acumular todo el poder posible?

En un país como el nuestro, donde hay el doble de políticos que de médicos (por ejemplo) y donde un político cobra mas que un médico o un profesor, es de auténtica vergüenza que se dejen caer con unas ayudas de 426 euros y que no llegan a la mayoría de la población en paro y que el salario mínimo sea de poco más de 700 euros. La responsabilidad es de todos. Por lo tanto, les animo a que participen en política, que opinen, que se informen y después tomen la decisión que les parezca más acertada y, sobre todo, que exijamos a nuestros políticos que cumplan con lo que nos han prometido.

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