La ciudad y los días

Carlos Colón

Películas de una noche de verano

HOY se proyecta en el cine de verano del patio de la Diputación Provincial de Sevilla Ser o no ser de Lubitsch, la prodigiosa comedia que interpretaron Carole Lombard, Jack Benny, Robert Stack y Lionel Atwill. En las últimas semanas de su rodaje, en diciembre de 1941, se produjo el bombardeo de Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la guerra. Mientras la película estaba aún en posproducción, Carole Lombard voló a Indiana para participar en un acto patriótico de promoción de venta de bonos de guerra. Al regresar a Hollywood, su avión se estrelló en el desierto de Nevada, junto a Las Vegas. Era el 16 de enero de 1942. Carole Lombard tenía 33 años y estaba en la cumbre de su carrera. El presidente Roosevelt la condecoró y la proclamó la primera mujer americana caída en la guerra contra el nazismo. Su marido, Clark Gable, quedó destrozado y se enroló en las fuerzas aéreas hasta el fin de la guerra. Ese corte en su carrera, en aquel momento en su punto más alto, le costó perder el cetro de rey de Hollywood, romper con Metro y trabajar hasta su muerte en películas casi siempre por debajo de su pasado y de su talento. Cuando murió en 1960 a los 59 años -afortunadamente tras rodar una obra maestra, Vidas rebeldes de Huston, que fue también la última película de Marilyn Monroe- se supo que su voluntad era ser enterrado junto a Carole Lombard.

Estas anécdotas dan una especial verdad y emoción a esta obra maestra de inteligente propaganda anti nazi, protagonizada por una de las más hermosas, elegantes, divertidas e inteligentes actrices de la historia del cine; que perdió su vida luchando contra el mismo enemigo que la película fulmina. El milagro de poder verla en pantalla grande en un cine de verano debe agradecerse al Área de Cultura de la Diputación Provincial de Sevilla, que ha decidido programar un clásico todos los lunes. La cosa empezó con buen pie -Desayuno con diamantes- el lunes pasado, sigue hoy con Ser o no ser y se prolongará, lunes a lunes, hasta septiembre con El hombre que mató a Liberty Valence, West Side Story, Uno, dos, tres o El apartamento, por citar sólo mis favoritas.

Guardo entre mis mejores recuerdos de cine el descubrimiento de West Side Story en las proyecciones veraniegas del Florida y de El hombre que mató a Liberty Valence en el cine de verano del Prado de San Sebastián. Ninguno de los dos existe ya. Pero quién sabe si gracias a esta iniciativa, y no muy lejos de la Florida y del Prado en los que se me revelaron, alguien vuelve a descubrir estas mismas películas en una noche de verano cuyo recuerdo le iluminará mientras viva.

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