Peleas y pactos

Cs y PP están condenados primero a la pelea por cada voto de centro y después al entendimiento y al acuerdo

Las encuestas publicadas en los periódicos nacionales a largo de las últimas semanas, los giros editoriales de algunos medios de comunicación y, en fin, lo que se oye en la calle parece demostrar que el auge de Ciudadanos es más sólido de lo que muchos pronosticábamos (quizá confundíamos deseo y realidad) y que, lejos de diluirse como consecuencia de su indefinición y de sus apoyos aparentemente contradictorios -al PSOE en Andalucía y al PP en Madrid-, emerge no como partido bisagra sino como alternativa real de gobierno. No alcanzo a comprender el motivo, y con seguridad existe, pero encontrar hoy un votante popular de menos de 30 años es labor complicada.

Vistas esas encuestas es indudable que Ciudadanos y PP están condenados primero a la pelea por cada voto de centro y después al entendimiento y al acuerdo; este pacto al que están sin discusión abocados puede verse dificultado por el fragor de esa pelea y los excesos verbales de unos y otros: no constituyen un buen camino, por poner ejemplos recientes, ni las acusaciones de mezquindad hechas por el portavoz en el Congreso Rafael Hernando o el ninguneo del ministro portavoz del gobierno llamándoles el partido Ce Ese ni tampoco la negativa radical de Ciudadanos a explorar las vías que permitan al PP disponer de un grupo parlamentario en el Parlamento de Cataluña.

Es tan cierto que las victorias deben administrarse con generosidad, como dice el PP, como que el Reglamento de la Cámara es claro y no deben admitirse componendas, como dice Ciudadanos, máxime cuando de la obtención de un grupo parlamentario se derivan importantes beneficios económicos para un partido. Obtener esos beneficios a través de atajos como el "préstamo" de diputados, uso parlamentario muy extendido, es una práctica que muchos votantes rechazan, por entender que los partidos se sustraen de las normas cuando les interesa, usando fórmulas que en otros ámbitos están vedadas a los ciudadanos (¿qué pensaríamos de que un estudiante que saca un 10 en un examen plantease ceder un punto a otro que ha sacado un cuatro?; ¿qué diría Hacienda si pretendiésemos distribuir en la declaración de la renta lo que ganamos con otras personas para obtener un tipo de gravamen más ventajoso?). La fórmula para que el PP obtenga grupo propio sólo puede ser o la reforma del Reglamento o la renuncia a cualquier clase de beneficio económico derivado de ello. Las reglas, para todos.

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