Mensaje en la botella

Nueva etapa también para Córdoba

Susana Díaz ha remodelado su gobierno. Una renovación que parece que no se va a quedar sólo en las caras de quienes lideraban -o eso pretendían- determinadas consejerías, sino que se hará extensible a otros escalafones en el seno de la Junta de Andalucía. Se trata pues de dar un nuevo aire a las viceconsejerías y a las direcciones generales, donde muchas veces se toman las decisiones más importantes que nos afectan a los ciudadanos. Dicen que la presidenta de la Junta pretende calmar el malestar generado en gran parte de la comunidad en áreas como la educación y la sanidad, que falta hace, e iniciar así una "etapa distinta" en la que la recuperación económica empiece a llegar a todos los sectores de la población.

Es pronto todavía para evaluar este giro, provocado -que nadie se engañe- por su estrepitoso fracaso en las elecciones primarias para alcanzar la secretaría general del PSOE, pero lo que es evidente es que mucho tienen que cambiar las cosas en las formas y en el fondo del Gobierno andaluz, a nivel general y particularmente con Córdoba. A nadie escapa que la crisis ha hecho mella no sólo en la población, sino en la prestación de servicios públicos, pero en esta provincia los efectos han sido devastadores. Como ejemplo, ahí están las estadísticas y los números de los presupuestos en los últimos años tanto de la Junta de Andalucía como del Gobierno central.

Por ello, el cambio que esperan los cordobeses no es sólo el de aplacar ánimos en aquellas áreas que están más desatendidas. Porque digan lo que digan, esta tierra no ha sido una prioridad para el Ejecutivo andaluz. Tampoco para Madrid, pero eso no debe servir como excusa para tapar las vergüenzas propias. Bien haría la presidenta por comenzar con las cuentas del año que viene para predicar con el ejemplo. Aquí se tomó la decisión hace años de no provincializar los presupuestos, en un intento algo chusco de escamotear que las inversiones eran casi nulas y de generalizar las partidas para así disimular los recortes. Hay que volver a la situación anterior y que cada territorio sepa -sin trampas- cuánto le corresponde en cada ejercicio.

Pero además, en esta Córdoba nuestra se echan de menos nuevas ideas y proyectos, porque todavía seguimos viviendo de las rentas, de lo que se ideó hace ya más de una década, y necesitamos iniciativas diferentes, modernas y que sitúen a la provincia en el lugar que se merece.

Cierto es que el peso cordobés en el Gobierno andaluz es ahora más importante, con dos consejeras -Rosa Aguilar y Marina Álvarez- de perfil muy distinto, pero que sin duda se deben sumar a esa idea de que necesitamos más presencia de la de Junta. Habrá que resolver lo urgente y lo importante, como la Ciudad de la Justicia, el plan del Reina Sofía, la Autovía del Olivar, la Ronda Norte, Marrubial, desequilibrios pendientes entre norte y sur, recortes educativos, un perfil más resolutivo de las delegadas y delegados provinciales y una larga lista de demandas, pero sin olvidar que ya es hora que desde la Junta se piense un poco más en el futuro de la provincia. Si se abre una nueva etapa, que también sea para Córdoba.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios