José Antonio Nieto tomó ayer posesión de manera oficial de su cargo como secretario de Estado de Seguridad, en un acto en el que estuvo arropado por varios ministros, entre ellos la responsable de Defensa, María Dolores de Cospedal, una de sus principales valedoras y que ha tenido mucho que ver en este nombramiento. Nieto se abre camino -y no de cualquier manera- en la política nacional, donde parecía que no iba a llegar cuando repetía que su principal aspiración era ser alcalde. Pocos días después de la toma de posesión de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, entrevistamos a Nieto en una conversación sincera en la que reconoció -como lo ha vuelto a hacer estos días- que pensó seriamente en dejar la política. Ahora se alegra de no haber optado por ese camino y, si lo hace bien, Capitulares será un recuerdo más -no sé si agradable- en su carrera política.

El reto de Nieto no es nada sencillo. Ya se ha repetido en más de una ocasión que al mando del exalcalde estarán algunas de las decisiones más difíciles y de más peso para el Gobierno central, que puede hacerle subir o bajar de la noche a la mañana. Una carga policial de más -o entendida así- en una manifestación puede poner su cargo en entredicho, por no hablar de la amenaza yihadista, el gran temor ante el nunca hay que relajarse. En fin, que no le faltaba razón al ministro Juan Ignacio Zoido cuando dijo de Nieto que iba a dejar su "cómoda" vida como concejal y diputado para dar un paso más.

Y, mientras tanto, en Córdoba siguen entusiasmados con el ascenso de su compañero. No es para menos. El debate sobre la sucesión se quiere dejarse a un lado porque el liderazgo de Nieto no se puede poner en entredicho. Habrá que ver lo que pasa pero la lógica dice que un cargo como el que desde ayer ocupa Nieto, por mucho que digan los estatutos, no es compatible con llevar el peso del partido en la provincia. El relevo en el Ayuntamiento se ha sucedido de manera escalonada y sin hacer mucho ruido y ya hace tiempo que José María Bellido ejerce como portavoz, aunque es cierto que ahora ganará en libertad. Algo parecido ocurrirá a nivel orgánico en la sede popular, aunque habrá que esperar para verlo.

Por el momento Nieto inicia su andadura en la política nacional y no puedo más que desearle toda la suerte porque de sus aciertos depende que a todos nos vaya un poco mejor o, al menos, que no vayamos a peor.