En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Motivos de un sentimiento

Qué razón tenía Joaquín Sabina cuando comenzó la letra de su himno del centenario del Atlético de Madrid con un: "aquí me pongo a contar motivos de un sentimiento que no se puede explicar (...) para entender lo que pasa hay que haber llorado dentro del Calderón, que es mi casa". Ay, cómo te vamos a echar de menos, querido Calderón, pedazo de alma atlética que ahora estás a punto de convertirte en historia inmortal después de 50 años en los que has regalado a tus fieles innumerables días de gloria; tú, templo en el que el colchonerismo ha derramado muchas lágrimas y reído de felicidad, subido al Cielo y descendido a los infiernos.

Cómo te vamos a echar de menos, querido Calderón, escenario de imborrables recuerdos desde que don Luis Aragonés marcara en una de tus porterías aquel primer gol el 2 de octubre de 1966 al Valencia, hasta que un balón de Ángel Correa besara las mallas del Athletic Club [de Bilbao ] -el padre futbolístico del Atleti- el pasado 21 de mayo, en un último encuentro de Liga en el que el Niño Torres estuvo a punto de un hat-trick, que finalmente se quedó en dos goles.

Cómo te vamos a echar de menos, querido Calderón, teatro de los sueños en el que Ufarte, Kiko, Juninho, Ratón Ayala, Pantic, Heredia, Pereira, Leivinha, Gárate, Caminero, Kiko, Futre, Quique Setién, Forlán, Schuster... y hasta el Kun Agüero convirtieron el fútbol en arte. "Qué manera de aguantar, qué manera de crecer, qué manera de sentir, qué manera de soñar, qué manera de aprender, qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de vivir", te cantó también Sabina en ese himno definiendo lo que a muchos nos produjeron las hazañas que esos guerreros de camisetas a rayas rojas y blancas y pantalón azul realizaron sobre tu gran alfombra verde.

Cómo te vamos a echar de menos, querido Calderón, paraíso indio a orillas del Manzanares que atesoras en tu museo los 19 títulos con los que el Atleti ha engrandecido su historial desde tu inauguración, entre los que figura aquella Copa Intercontinental ganada a Independiente de Avellaneda que el Gran Capitán Adelardo levantó saliendo a hombros como si de un torero se tratara.

Cómo te vamos a echar de menos, querido Calderón, prueba de la fidelidad de una afición abonada, gracias al Cholismo, al Nunca dejes de creer y más convencida que nunca de que si se trabaja y se cree se puede; eso sí, siempre con coraje y corazón. Que sepas que serás siempre inolvidable, y estoy convencido de que no sólo para los atléticos, sino para todo el fútbol español; y que aquellos que hemos llorado dentro de ti te llevaremos siempre en nuestro corazón, porque eres parte de esos nuestros motivos de un sentimiento que no se puede explicar.

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