LA llegada de los calores y el buen tiempo no sólo lo notan los ciudadanos sino que también se deja ver en los políticos. A la tradicional caída de las corbatas en cuanto sube el mercurio se une el moreno agromán que lucen los principales dirigentes locales durante estos meses. Al más puro estilo del siempre bien coloreado Javier Arenas, cualquiera que departa con representantes públicos estos días puede comprobar cómo los rayos solares les han bronceado el rostro. Uno de los más destacados -no se sabe si por compartir siglas- es José Antonio Nieto, quien parece que viene de dos meses en las playas de Cancún. Pero no se fíen, que la cosa es que tanta visita vecinal quema (o colorea).

EL diputado de Cultura, José Mariscal, es un hombre que cuida por su salud. En invierno, cuando aprieta el frío, cubre su cabeza con una gorra campera para evitar los resfriados y en verano, cuando la canícula asfixia, acude al tradicional abanico para evitar los soponcios.