La dehesa de Los Pedroches, el encinar continuo más extenso del mundo, es la base de la producción de unos manjares únicos. Tras un invierno de montanera en la que los cerdos se alimentado de bellotas y de hierba, su dieta ha sido totalmente natural y sólo en algunos casos admite un pequeño suplemento de pienso. Sabedores de que se debe difundir este patrimonio gastronómico, histórico y cultural único, 37 restaurantes se han conjurado para ofrecer productos de una tierra muy especial y que convence a los paladares más selectos.
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