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El Madrid resiste, el Joventut venceUna final con dos estilos diferentes y sin claro favoritoQuejaCríticoPrecavidoSatisfechoEl Tau aparca sus miedos

Los blancos se agarran, sin Bullock, al partido, pero la 'Penya' se lleva el encuentroLos vitorianos derrotan al Bilbao (68-66) y acceden a la final, pero bordean otra catástrofe en su pista tras dilapidar 10 puntos de renta en los dos últimos minutos

EL Tau Vitoria y el DKV Joventut disputarán la gran final de la Copa tras ganar sus respectivos compromisos de semifinales. Será un partido con dos estilos de juego bien diferentes y en los que no existe un favorito claro a pesar de la condición de local de los vitorianos. Los catalanes han demostrado estar en un gran momento de acierto. Sus continuas rotaciones y la intensidad de su juego les hacen ser muy peligrosos. El Tau deberá explotar la experiencia en finales de muchos de sus jugadores.

En la primera de las semifinales el Tau Vitoria consiguió la victoria derrotando a un combativo Iurbentia Bilbao. Los locales hicieron valer la profundidad de su banquillo con grandes aportaciones de Splitter y Mickeal. Rakocevic continúa siendo una amenaza constante y Sergi Vidal aporta intangibles y mucha seriedad en su juego. Los bilbaínos, después de un espectacular inicio de partido, acusaron los problemas de faltas del ex cajista Frederic Weis, así como la baja por lesión de Recker. El iurbentia se va de la Copa dando una gran imagen y demostrando sobre la pista el porqué es el equipo revelación de la temporada. Si quieren seguir creciendo en la Liga ACB deberán tener mayor aportación de su juego interior en futuros compromisos.

En la segunda semifinal el DKV derrotó en un intenso choque al Real Madrid. Fue un gran partido, con jugadas espectaculares, intensidad, emoción, cambios defensivos y un increíble acierto desde la línea de 6,25. Bien pudo haber sido la final anticipada. El conjunto verdinegro destacó gracias a la aportación anotadora de muchos de sus jugadores. El Real Madrid lo hizo todo bien pero quizás sus numerosas pérdidas de balón le condenaron a no romper el encuentro en determinados momentos.

El Madrid resistió, pero ganó la Penya (76-81). El encomiable espíritu batallador que dejó como mejor herencia Boza Maljkovic en el Real le vale para no rendirse jamás, para negar la derrota en las peores condiciones. Con el huracán verdinegro soplando, ocho puntos abajo (57-65) y el dulce Bullock lesionado (20 puntos hasta entonces), Plaza se agarró a un quinteto casi nacional: Raúl-Llull-Mumbrú-Hervelle-Felipe. Remontó provisionalmente el partido(76-75) a un minuto del bocinazo final.

Producto nacional, decíamos, como el que cultiva el Joventut, desde su cantera o desde fuera, como Edu Hernández Sonseca. Jamás se vio tan motivado al ex pívot madridista. Jaleaba a la afición de Badalona, luchaba por cada rebote en las dos canastas y realizó una gran defensa a Felipe Reyes (14 puntos y 12 rebotes) en los minutos de la verdad. La sed de venganza es muchas veces el mejor sustento de la motivación. El quinto pívot del Madrid es ahora el primero del Joventut. Y el Joventut gana al Madrid. ¿Dónde está la diferencia? Sonseca anotó dos tiros libres capitales, capturó un rebote forzando la falta de Felipe y robó el balón del partido. 12 puntos, cinco rebotes y el don de la oportunidad.

Comenzó pegando el Real Madrid (26-15) con un delicioso Louis Bullock, antes de que su gemelo se quebrara, pero en el descanso el partido ya estaba equilibrado (46-44). Y el vendaval verdinegro se gestó en el tercer cuarto (15-24 de parcial), con Ricky desesperando a los bases rivales. Rudy proveía (9 asistencias) más que ejecutaba (13 puntos), pero regaló un triple imposible desde 10 metros lanzado a la remanguillé. Parecía tocado el Madrid, pero recurrió a las enseñanzas de Boza para agarrarse. Pero Aíto y los móviles brazos de sus pupilos lo impidieron. Cuatro puntos de Ricky sentenciaron.

Los fantasmas de los triples de Herreros y Garbajosa aún merodean por el Buesa Arena. Reaparecen periódicamente, en partidos como el de ayer. Semifinales de la Copa, derbi regional de alto voltaje que hace olvidar la tradicional fraternidad vasca. 66-56 a dos minutos del final, el Tau parecía haber destrozado la heroica resistencia del Bilbao Basket, del que ayer también se desgajó otro lesionado al que añadir a Recker: Martin Rancik. Pero regresaron los malos espíritus. El Tau se obturó en ataque, Planinic se enredó en un yo-yó sin sentido y las imágenes de debacles recientes volvieron a las retinas de los baskonistas. Prigioni falla un tiro libre y Huertas anota los dos (67-66) a falta de 3,7 segundos. Parcial de 1-10, carrusel de tiempos muertos y el silencio que se extiende por el Buesa.

Vidal fue el destinatario de la falta bilbaína. Había corrido demasiado el reloj. 1,2 segundos restaban. Anota el primero y tira a fallar el segundo. No había tiempo material. El triple imposible de Marcelinho ya fue con las luces rojas en los tableros.

El parcial de inicio (3-15) había hecho disparar las alarmas en Vitoria. Pero el Tau supo superar a la presión y a su correoso rival asentado en el tridente Rakocevic-Mickeal-Splitter. La dupla de bases Huertas-Salgado (29 puntos entre los dos) no lo impidió. La charanga volvió a sonar, pero se escuchan las cadenas de los fantasmas.

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