Tinta y borrones

Londres

¿Qué medida de seguridad evita que alguien se ponga a pegar puñaladas? Ninguna, por muy alta que sea la valla.

Resulta más que inquietante pensar que uno puede estar tranquilamente sentado en la terraza de un bar, en un concierto o paseando por la ciudad y ser atropellado por un coche, un camión, una furgoneta, sino apuñalado. Es una situación que escapa a la razón, difícil de encajar en una sociedad civilizada que cada vez tiene más miedo a vivir. El terrorismo aparece con demasiada frecuencia en estos días que nos ha tocado vivir, aunque es cierto que cuando ocurre en Europa parece que duele más. Sobre todo cuando el escenario es tan reconocible en todo el mundo. El Puente de Londres con la City al fondo, el Borough Market, uno de los espacios con más encanto de la capital, dos zonas concurridas perfectas para las ideas macabras de unos terroristas sin razón. El miedo está instalado en Europa porque ya puedes perder la vida en cualquier parte por el simple hecho de vivir.

En medio de todo este terror surgen voces con sentido común como la de Isabel Romero, la presidenta del Instituto Halal, que conversaba en una entrevista publicada el domingo en estas mismas páginas sobre todas estas cuestiones como el terrorismo, la islamofobia, el machismo. Decía Romero que alguien que se autodenomina musulmán no quiere decir que lo sea, porque la comunidad no lo reconoce, aunque es complicado desvincular esas dos días cuando el propio terrorista dice que muere matando por su dios. Romero, que es musulmana, asegura que no hay día que no hayan condenado los atentados y que el islam es mucho más que las ideas concentradas en determinados países árabes, cuyos comportamientos responden más a cuestiones culturales que a la religión. Que las organizaciones terroristas se mueven más por intereses ideológicos o, simplemente, criminales, también parece ir clarificándose.

Contra la islamofobia no cabe otra que la educación y la integración, por muchas fronteras o vallas que se quieran levantar. ¿Qué medida de seguridad por muy última tecnología que sea, evita que alguien se ponga a pegar puñaladas en medio de un mercado? Ninguna, por muy alta que sea la valla. El reto, al igual que el terrorismo, es global, y aún se está a tiempo de combinar mano dura con otras medidas que devuelvan la cordura a una Europa castigada sobremanera por el terrorismo más cruel.

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