En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Larga vida a doña Herminia

Algunos de aquellos que estamos más que convencidos de que la televisión debería ser una fuente de información, de formación educacional sin catequización de ideas y servir para algo más que entretener, tenemos estos días una razón en forma de serie para engancharnos al menos los jueves por la noche a un medio que con los años se ha ido convirtiendo en un grandísimo circo. Esos algunos somos los mismos que no comulgamos con el espíritu del Gran Fulano -VIP o no VIP-, ese que llega a poseerte hasta hacer a tu mente salivar, obligándote a colocarte, como si de una religión o rito se tratara, delante de la caja más que tonta para que no pierdas detalle del día a día de convivencia de unos personajes -en el caso de los no VIP- que no han hecho nada relevante en sus vidas o que -en el caso de los VIP- están tan venidos a menos que no les importa arrastrar hasta sus miserias si hace falta para mantenerse "en el candelabro", que diría la Mazagatos. Y lo que es peor, esa posesión es tan fuerte que el espíritu te simplifica tanto la mente que llega a convencerte de que quieres ser como ellos, de que no te sentirás plenamente realizado/a si no es imitando sus vidas. Esa posesión es tan fuerte que tu sueño acaba siendo vivir del cuento y tener esos al menos 15 minutos de gloria que, según Andy Warhol, todo ser humano debería tener, haciéndote -como si te tocara la lotería- un Sálvame de luxe en el que contar, si el guión lo exige, que te has llegado a acostar con tal o cual famoso o famosa -lo mismo da perro que perra, total, ya puestos, qué más da; si hay que sumarse a la lista de amantes secretos de Falete o de la Hormigos, pues uno se suma-.

Pues bien, algunos de aquellos de los que hablaba somos los frikis para los que nuestro Gran Fulano es Cuéntame, esa serie longeva de Televisión Española en la que pasen las temporadas que pasen -y acaba de comenzar la número 18- por doña Herminia, la matriarca de los Alcántara, parecen no pasar los años. Porque Cuéntame es mucho más que la historia de los Alcántara, y ahí radica en gran parte su éxito. Cuéntame es la historia también de España desde la aún gris década prodigiosa hasta, de momento, aquel día de abril de 1985 en el que este país sufrió su primer atentado yihadista, siniestro que se produjo en el restaurante madrileño El Descanso y que costó la vida a casi una veintena de personas. Desde su primera temporada, Cuéntame nos ha hecho vivir casi en primera persona los más grandes acontecimientos de carácter social, político y económico de la historia de España, como la muerte de Franco, la legalización del PCE, el intento de golpe de Estado del 23-F, el terrorismo de ETA y los GAL...y tantos y tantos otros. Y mientras, Herminia rejuveneciendo. Larga vida a Herminia.

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