Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Ineficaz y cobarde

Le falta a este independentista un mínimo de grandeza, que es exigible a todo rebelde en pos de una causa perdida

Después de la gestión que los políticos catalanes separatistas han realizado, para formular su declaración unilateral de independencia (DUI), no puede decirse que Éstos hayan ganado en estima pública. Ya escribí semanas atrás sobre la actuación chapucera realizada por los que suponíamos políticos preparados y competentes. Porque existió un evidente déficit democrático cuando en el Parlamento catalán, las leyes se aprobaron con la ausencia de la oposición en la votación y además el resultado de la misma no tuvo el control de la Sindicatura, dimitida para no incurrir en responsabilidades. Por si fuere poco el voto favorable que obtuvo la DUI es notablemente inferior al que exigen sus propias leyes para asuntos de importancia. Fueron advertidos antes de votar, por la presidenta del Parlament, lo que a ella le había advertido el secretario general y el letrado mayor: que las resoluciones eran contrarias a las leyes y a la Constitución.

Pero los defectos no acabaron aquí, sino que en la gestión posterior han vuelto a confirmar que se han tomado un asunto tan importante como es la separación del territorio de un Estado, como si fuere un juego de niños. Lloraron con la aplicación del artículo 155, pero en lugar de negar su procedencia, cuando está prevista en la Constitución (la que en Cataluña obtuvo el mayor porcentaje de votos de toda España) podían haber acudido -y no lo hicieron- a la Comisión del Senado, a la que fueron invitados, para efectuar sus alegaciones y bien que sabían que si se producía la DUI habría artículo 155.

Pero lo peor ha sido la conducta del ex president Puigdemont, marchándose a Bruselas con nocturnidad y alevosía y no acudió a la capital de Bélgica por ser esta ciudad sede de instituciones europeas, sino buscando a un abogado especializado en la defensa de separatistas. Aclaró que se marchaba porque España no le ofrece garantías para un juicio justo y con él se fueron hasta siete compañeros de gobierno. Hoy jueves, éstos más algunos más de su gobierno, hasta 20, están citados por la Justicia española. Ya ha declarado que no comparecerá, aunque su abogado ya le ha asesorado que tendrá que volver a su patria, porque Bélgica no le concederá asilo político.

Le falta a este independentista un mínimo de grandeza, que es exigible a todo rebelde en pos de una causa perdida. Porque Puigdemont no sólo es ineficaz, sino que es cobarde. No creo que el pueblo catalán le pueda perdonar que haya puesto en ridículo a una región culta y próspera, ni que los deseos de independencia que sienten algunos catalanes hayan sido gestionados por tan malas manos.

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