El fuste

Jesús Cabrera

¿Hartazgo de guitarra?

NO, rotundamente no. Esta ciudad puede con esto y con más. La intensidad condensada en unas horas que se vivió hace nada con la Noche Blanca del Flamenco puede convivir con escasas fechas de separación con el Festival Internacional de la Guitarra, que ha arrancada ya a lo grande y que nos hará vivir noches memorables. Sin lugar a dudas, Córdoba es sinónimo de flamenco, de guitarra y de todo lo que esto conlleva. Llegará el año en que tendremos en mayo el Concurso Nacional de Arte Flamenco; en junio, la Noche Blanca y en julio, el Festival. Casi nada. Seguro que nadie aborrecerá esta dosificada combinación. Primero, porque habrá espectáculos para todos los gustos, y, en segundo lugar, porque por encima de todo está la soberana libertad de cada uno de asistir a aquello que le pida el cuerpo. Y, si no, a casita. Otro aspecto que no se puede negar es el lento pero progresivo prestigio que se está labrando la ciudad en esta materia más allá de sus derruidas murallas. El concurso nacional es un timbre de gloria para los artistas flamencos y tanto la Noche Blanca como el Festival de la Guitarra son atractivos cada vez mayores para públicos de localidades vecinas, y no tan vecinas, que no dudan en hacer un puñado de kilómetros con la certeza de que en Córdoba van a encontrar calidad. Y esto es lo que va a suceder en estos días con el festival que mitiga los calores inmisericordes de este mes de julio.

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