Ha costado lo suyo, pero ya está aquí. En apenas una semana, el 11 de septiembre, se constituirá la mesa de participación y diálogo para tratar la iniciativa de la declaración del Parque Natural de Sierra Morena, una cita que tendrá lugar en el Centro de Visitantes del Parque Periurbano de Los Villares, todo un símbolo para este proyecto. El anunció lo ha realizado el delegado de Medio Ambiente de la Junta, Francisco de Paula Algar, y la realidad es que llega algo tarde, puesto que hace ya un año desde que la Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Parlamento de Andalucía aprobó una proposición no de Ley en la que instaba al Gobierno andaluz la constitución de la mesa, en la que participasen ayuntamientos de la zona, agentes sociales y colectivos de los municipios que están dentro del ámbito de actuación. Desde aquel gesto, no ha habido más que cierto silencio administrativo y quejas por parte de algunos colectivos que impulsan esta declaración.

Lo primero que deberíamos tener claro es que el trabajo será complejo, porque esta posible iniciativa no ha hecho más que arrancar, pese a que los motivos y los argumentos para tomarse en serio este sello a la sierra cordobesa están más que claros desde hace años. El temor, al menos el de un servidor, no es que la consecución de esta meta sea un camino largo, tedioso y complejo desde el punto de vista administrativo, sino que se pueda convertir -como tantos otros proyectos que afectan a Córdoba- en un arma arrojadiza y la excusa perfecta para hacer política (la de bajo nivel que se hace ahora, me refiero), para querer apuntarse un tanto y, de paso, dar un zasca al adversario.

Nadie pone en duda de que son los movimientos conservacionistas quienes más sensibilidad suelen mostrar a la hora de defender, con la normativa en la mano, determinados espacios naturales y su protección bajo alguna figura, como es el caso de los parques naturales. Pero claro, toda declaración tiene que incluir medidas restrictivas que en ningún caso supongan la eliminación de toda actividad anterior, sino su adaptación a una nueva realidad legal. Y digo esto porque a buen seguro que habrá quien desde un planteamiento simple (sectario si me apuran) piense que la Sierra Morena cordobesa deba ser sólo un pulmón verde y poco más. Y no es eso. Convertirla en parque natural puede ser una oportunidad para un espacio algo dejado por las administraciones, empezando por el propio Ayuntamiento de Córdoba, que cuenta con un plan de la sierra metido en el cajón desde hace años y que parece que interesa poco a la mayoría de grupos políticos en Capitulares.

Sierra Morena puede y debe ser una posibilidad de crecimiento para Córdoba desde muchos sectores: turístico, ecológico, cinegético, agrícola o ganadero, por citar sólo unos cuentos. Todo dependerá de nosotros mismos, de la altura de miras que demuestren quienes se sienten en esa mesa del 11 de septiembre. Si ellos quieren, aunque sólo sea por una vez, se pueden hacer bien las cosas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios