COMIENZA hoy la temporada taurina en Córdoba capital y lo hace, como es costumbre, con el festival solidario a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer. El cartel, un año más, aparece bien rematado, con atractivos varios, encabezado por dos figuras contrastadas como Enrique Ponce y Finito de Córdoba, muy habituales en esta cita. Se les une en esta ocasión David Fandila El Fandi, torero que tiene su público, y dos matadores de toros que también ofrecen su interés: Diego Urdiales, un tipo con casta y enorme vocación, y Julio Benítez El Cordobés, que ya ha avisado de que esta temporada va en serio y con ganas de reivindicarse después de que sus primeros años en el escalafón de los mayores no hayan sido como se esperaban. El novillero Ginés Marín, extremeño, cierra una tarde en la que se anuncian seis toros de la ganadería de Zalduendo, de contrastado prestigio y más que habitual en las grandes ferias. No es fácil conseguir esto, y si se logra es gracias a los esfuerzos de la asociación, a los de la propiedad y de la empresa arrendataria del coso y a una larga lista de profesionales que incluso ponen su vida en juego de forma desinteresada para ayudar a personas que lo están pasando mal por culpa de la enfermedad. Hay que estarles a todos agradecidos por esos esfuerzos y por eso el aficionado a los toros tiene hoy una cita ineludible en Los Califas tanto como muestra de respaldo a la AECC como de respaldo a los diestros que participan y a sus esforzadas cuadrillas. Nadie, por mucho que algunos quieran quitarle a esta corrida benéfica la virtud y la bondad que hay detrás de ella desde planteamientos dudosos, puede desbaratar la sensación de que este festival es bueno para Córdoba y una magnífica forma de ayudar a quienes lo necesitan. Confío por eso en que hoy los tendidos de Los Califas estén repletos de gente deseosa de pasar una buena tarde de toros y en que la taquilla que se haga sirva para impulsar la vida diaria de un colectivo del que Córdoba se debe sentir orgullosa. Que nada enturbie un festejo taurino repleto de nobleza humana y también de historia.