Tinta y borrones

Fraude

Menacho "maquinó" un sistema para validar una práctica que le permitía quedarse con dinero público

Imagine que después de llevar más de un año buscando empleo por fin es seleccionado para un puesto de trabajo. Es de carácter temporal pero el sueldo está bastante bien, unos 1.800 euros brutos al mes. Te llaman del Servicio Andaluz de Empleo y después mantienes una entrevista con el va a ser tu jefe que, de buenas a primeras, te dice que no vas a trabajar 40 horas semanales, sino que serán 30, por lo que tendrás que devolver la parte del salario correspondiente, un 25%. Puede sonar rocambolesco pero es el mecanismo que "maquinó" -palabras textuales del juez de lo Social número 3 de Córdoba- Cristian Menacho, líder de Jóvenes hacia el futuro, expresidente de Juventudes Socialistas en la capital y número diez de la lista de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, en las elecciones municipales de 2015. Menacho, insiste el magistrado, de manera "insidiosa" se valió de su situación d e "superioridad" y de la "debilidad" de los trabajadores, la mayoría parados de larga duración que temían perder un empleo bien pagado. Para más pecado, además, el dinero con el que se pagaba a esos empleados eran fondos públicos otorgados por la Junta de Andalucía para paliar los efectos de la crisis en los jóvenes.

Los hechos por los que se ha juzgado a Menacho se circunscriben a los años 2015 y 2016, aunque eso no significa que antes también se cometieran estas prácticas. Se trata de una época en la que la crisis había llegado ya a su peor expresión para muchas familias, en la que el escándalo de los ERE en la Junta de Andalucía ya había saltado y en la que la sensibilidad con todos los casos de corrupción estaba en un punto álgido. Sin embargo, este joven se permitió "maquinar" un sistema para intentar validar "un fraude", quedarse con dinero público, dinero de todos y, sobre todo, de esos trabajadores, no sabemos muy bien para qué fin. Eso tendrá que decirlo el juez que se encarga de caso en la vía penal y que aún se encuentra en fase de instrucción.

Resulta increíble que pese a la que está cayendo siga habiendo personas que se crean inmunes -bien por pura insensatez o por sentirse respaldados por un partido- a este tipo de prácticas, que son, además de ilegales, inmorales, poco éticas y vergonzosas. Resulta aún peor que se actúe desde tan joven ideando un entramado de este tipo y que además se presente como el salvador de un barrio tan necesitado como es el distrito Sur.

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