Rafalete, la gloria de san agustín

Finales

PUES ya estamos en junio, que también llega como todos los años, lo mismo que abril, que marzo y que mayo. Vaya mayo que me he metido entre pecho y espalda, que todavía me duelen los huesos de todo lo que me he reído y los pies de todo lo que he andado. Al final no he hecho todo lo que quería, pero demasiado, que no he parado ni un solo minuto.

Me habría gustado hablar con Soraya, pero es que cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible, como dijo no sé quién, que ya no me acuerdo. Lo mejor es que ya no me marque más plazos, porque me agobio todo, me lo tomo como una competición y al final no consigo cumplirlos. En fin, que como todos ustedes saben, el verano cordobés es muy largo y da para mucho, que son muchos días y puede pasar cualquier cosa, y espero que sea buena. Igual que espero que sea bueno el final que nos dé el Córdoba, aunque yo estoy un poco mosqueado, para qué les voy a engañar, que yo creo que tenemos el partido más difícil que hemos tenido en muchos años, pero en muchos. La Real Sociedad no es cualquier cosa, que es uno de los equipos más importantes de España aunque ahora esté en Segunda, que eso no quiere decir nada, que una mala racha la tiene cualquiera y todas las familias tienen un muerto en el armario, como tanto dice un amigo mío. El partido, como dicen tanto los de la radio, va a ser a cara perro, y que nadie espere que se vea buen fútbol, ni falta que hace, que lo que realmente importa son los puntos y ya está, todo lo demás son adornos que ahora no vienen al cuento.

La verdad es que yo veo al Córdoba más entonado en los últimos partidos, sabiendo muy bien lo que tiene que hacer en cada momento y con oficio, que es lo más importante en estos casos. Sabiendo estar, como dice una vecina. Pero un partido de fútbol es muy largo, que los 90 minutos se convierten en otra cosa y un error de un segundo te puede amargar el trabajo de todo el año, que cosas más raras y peores se han visto en un campo de fútbol. Yo, estos partidos, no puedo ni verlos por la tele ni escucharlos por la radio, y es que me pongo fatal, que parece que me va a dar un pasmo y prefiero estar dando vueltas por ahí, con la cabeza puesta en otra cosa y deseando que pasen los minutos. Espero que no nos llevemos el sofocón al final, en el último instante, que es cuando más duelen las cosas. En fin, que como todos ustedes, supongo, que estoy atacado de los nervios y que no veo la hora de que podamos gritar aliviados, porque para llorar, desgraciadamente, ya tenemos mucho tiempo, demasiado me parece a mí.

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