Y a usted, ¿le atienden?

Pedro Caballero / Infante / Caballeroinf@hotmail.com

Fármacos publicitados

EL concepto que se tiene, en la mayoría de los casos, de la Seguridad Social está desorbitado. Se suele pensar que toda una vida de cotización da derecho a una prestación ilimitada.

La gente cree que ha ido preñando una hucha con tal cantidad de dinero que, le pase lo que le pase, financiará sus demandas.

Puede que esto sea verdad en algún caso excepcional. Pongamos el de una persona que haya cotizado durante cuarenta años, fallecida repentinamente de un infarto masivo y que apenas haya enfermado en vida.

La otra cara de la moneda, la más frecuente, es la del individuo que ha cotizado menos años, incluso goza de una prejubilación, y que con una provecta edad está más tiempo en el ambulatorio que en su casa.

Las actuales técnicas de diagnóstico son eficaces pero costosísimas y la gente las pide como lo más normal.

-Niña, dile que te mande una resonansia masnética.

-¿Y no ta mandao los marcadore tumorale?

Si esto en el plano del diagnóstico es importante no lo es menos en el gasto farmacéutico. Don José le comenta esto a su amigo Antonio, el periodista, a tenor de que éste haya venido hoy hablando del tema de las EFP (siglas de Especialidades Farmacéuticas Publicitarias).

-Lo veo contradictorio. Por un lado nos asaetean con el riesgo que supone la automedicación y por otro el otro nos instan a utilizar las EFP para pequeños males.

Evidentemente el periodista se está refiriendo a este tema sólo en el aspecto sanitario, orillando el económico, y por ello el boticario le contesta:

-La alarma de la automedicaciónestá enfocada fundamentalmente a los antibióticos.

Y explica que estos medicamentos son muy espectaculares en cuanto a resultados y la gente los usa en ocasiones sin necesidad

-¿Y cómo los consigue sin receta?

-En la mayoría de los casos son sobrantes de un tratamiento incompleto que se guardan en el botiquín.

Don José le matiza que, por el contrario, utilizar las Especialidades Farmacéuticas Publicitarias es una forma de descongestionar la Seguridad Social en gasto y en espera.

Como Antonio no lo entiende bien, le explica:

-Solventar pequeñas dolencias, que pueden tratarse con medicamentos sintomáticos, hacen que el paciente no tenga que acudir a los ambulatorios de la Seguridad Social ni a las atestadas Urgencias.

-¿Y sin receta…, ni consejo médico?

-Entonces, ¿para qué estamos los farmacéuticos?

Extrañado de que su amigo le pregunte esto, le recalca que el farmacéutico no está facultado para diagnosticar pero sí para valorar una dolencia menor.

Como quiera hacerle una demostración de lo dicho, aprovecha que viene Elvira, permanente consultora de síntomas menores, por una contestación sobre un problema dermatológico.

-He pensado en lo tuyo y creo que lo mejor es dejarte de medicamentos agresivos, como el de la receta que me trajiste, y usar a partir de ahora jabón de glicerina.

-¿Lo pasa el Seguro?

-No.

-Pó entonse dame usté lo de la reseta, que ademá es caro y será mu güeno.

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