Hubo un tiempo en que…" tan sólo los… locos o desesperados propietarios de algunas academias privadas se arriesgaron a cargar con la responsabilidad de formar a quienes no perdían las esperanzas de encontrar (milagrosamente) un empleo. En esta ardua e ingrata tarea (formativa), los profesionales políticos encargados de la gestión del sistema educativo apenas aparecían por parte alguna ni se les esperaba. A la sazón, cuando la formación profesional ocupacional hizo acto de presencia en el BOE, las autoridades educativas solo autorizaban la impartición y subvención de dichas enseñanzas a los centros que pudieran acreditar experiencia o arraigo en la formación. Consecuentemente, la creación de centros ad hoc a nadie le pasaba ni por la cabeza.

Las… transferencias de educación a las comunidades autónomas -también a la andaluza- incluían, obviamente, la formación ocupacional -los llamados cursos de FPO- y las generosas ayudas públicas con las que se hacía frente al costo de dichos cursos, que sufragaban, entre otras administraciones gubernativas, el Fondo Social Europeo.

Mientras estos cursos estuvieron gestionados por la Administración del Estado, apenas hubo preocupación por obtener licencia para impartirlos.

Pero, a continuación de las transferencias, la situación experimentó un cambio radical: La FPO devino, de la noche a la mañana, en algo así como… el "… panal de rica miel" que refiere Samaniego. No sabemos si fueron "dos mil moscas" las que "acudieron" al dicho "panal". Pero sí sabemos que fueron muchos, muchísimos, los golfos autores y responsables de cacicadas del más variado pelaje: Unos, utilizando el poder dimanante de sus poltronas políticas para enchufar a los suyos, no siempre cualificados y en alguna ocasión en detrimento de profesionales de acreditado prestigio que no comulgaban con las "cacicadas" del superior jerárquico político de turno. Otros, que se valieron de los cursos para forrarse. En todo caso, por mor de las susodichas… "cacicadas", la impartición de los cursos se encuentra, desde años ha, paralizada, con grave perjuicio para los aspirantes a un empleo al que resulta imposible acceder sin la formación que los responsables políticos impiden. Dizque la diputada Carmen Crespo parece que trata de abordar y subsanar dicha paralización. Pero mientras tanto, los destinatarios de la formación se preguntan: ¿Se volverán a impartir los cursos de FPO?.