LA huelga que el miércoles llevaron a cabo los trabajadores de la construcción en Córdoba paró casi todos los tajos y dejó las grúas descansar por un día. Sin embargo, pese a no trabajar, fueron muchos los albañiles que acudieron a las obras y aprovechar para ejercer su deporte nacional: el piropo, auténtico elemento identificador de la profesión. Lástima que en esos ardores alguno llegara demasiado lejos en sus calificativos a las periodistas que cubrían la información. Que una cosa es un piropo bien dicho y otra es una salvajada a voz en cuello.

A UNQUE en un principio se mostraba remisa a colaborar, finalmente la Junta se ha implicado en llevar adelante el programa de atención al médico enfermo (Paime), elemento clave para cuidar a los que cuidan de nosotros. Está bien que la Administración se preocupe, aunque llama la atención que desde que lo hace en la estadística ya no aparece consignado cuántos de los médicos enfermos pertenecen al SAS. ¿Casualidad?