Tinta y borrones

Estrategias

Los choques en el cogobierno son consecuencia del pacto que viene entre IU y Podemos

El concejal Alberto de los Ríos ha decidido dejar los despachos de Capitulares y volver a las aulas del Instituto Alhaken II. Tras esa decisión ha habido cierta unanimidad en destacar la implicación de alguien que llegó a la política firmemente convencido de que se podían cambiar las cosas pero se encontró, creo, con la máquina de la burocracia y con los intereses partidistas, dos cosas, -lo último sobre todo-, que no encajan en la forma idealista que considero tiene De los Ríos de enfrentarse a la política y a la vida. La salida de De los Ríos por propia convicción, aunque aún no haya dado motivos oficiales de su marcha, refleja que todavía hay quien ve la política como un instrumento y no como un fin, el de perpetuarse en un cargo ante el miedo de no poder pagar las facturas a fin de mes. Habrá de todo, está claro, pero el hecho de tener un oficio al que volver debe dar cierta libertad al que ocupa un escaño en cualquier administración y tranquilidad por deber menos favores a los que están por encima.

Supongo que no le habrá sido fácil tomar esa decisión, pero tampoco extremadamente difícil si se es un profesor convencido como él. Lo peor, imagino, es haber sido consciente de la evolución de Ganemos, que comenzó como un movimiento asambleario formado por partidos y colectivos sociales y que cada vez va virando más a los partidos tradicionales, porque todo lo nuevo llega un momento que se hace viejo. No sé si a él le habrá influido, pero que en la agrupación de electores hay movimientos y que el pacto entre Podemos e IU pesa bastante es un hecho cierto y supongo que hay quien no pasa por todo y prefiere quitarse del medio a ganarse el título de verso suelto en una formación en la que no se encaja o no se va a encajar cuando lleguen los repartos.

Mientras tanto, esto no ha hecho nada más que empezar. Los choques más o menos escenificados entre el equipo de gobierno demuestran que desde la federación de izquierdas hay un intento por acercarse cada vez más al que sería su socio ideal y tenerlos contentos. De otra manera no se entiende el empecinamiento de Pedro García por sembrar dudas sobre la seguridad en la Semana Santa o los intentos a la desesperada de retrasar la obra de la segunda puerta. En ambas posturas hay más de ideología que otra cosa, estrategias, la pena es que desde Madrid haya alguien que deje de venir a Córdoba en Semana Santa porque piense que le pueda pasar algo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios