Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Errejón encadenado

Según una encuesta, todos los partidos lo deseaban como líder de Podemos. Todos, menos el suyo propio

Atrapado en medio" es una expresión anglosajona común (Stuck in the middle). Sirve para identificar las carencias de atención de quienes son los hijos intermedios de una familia numerosa, aunque ello conlleve ciertas ventajas: estás a cubierto de los excesos paternales tanto con los más mayores como con los más pequeños. Atrapado en el medio también es una típica expresión en estrategia, adoptada por Michael Porter para definir a aquellas empresas que están indefinidas, en el limbo competitivo. Que no saben bien a qué juegan y que ni son carne de bajo coste ni tampoco pescado de empresas diferenciada. Según el gurú de la Estrategia, estas compañías atrapadas a la mitad están condenadas a ir a merced de la corriente, del mercado y de sus competidores, hasta que una mala ahogadilla o un escollo fatal las pasaporte al fondo. Stuck in the middle también da título a la canción que bailotea Michael Masden en Reservoir Dogs mientras tortura al policía infiltrado. En este caso, los Stealers Wheel cantaban a lo difícil que es navegar entre los tiburones de la industria del disco y los compañeros de banda beodos. Paco de Lucía lo interpretó como Entre dos aguas, pero no nos dio claves habladas.

En la política se dan los partidos atrapados a la mitad. Es, por ejemplo, el mayor lastre de Ciudadanos, que ve cómo su liberalismo fundacional no tiene mucha pegada en tiempos tan turbulentos como éstos, y ve cómo su primo del arco derecho, el Partido Popular, juega desde el poder con las dos piernas: la derecha de ajustador presupuestario responsable y la izquierda de socialdemócrata reconvertido: el PP está más centrado que atrapado en medio. El PSOE está no ya atrapado, sino encadenado en mitad de un limbo de enfrentamientos por el liderazgo, de disparidad territorial y, sobre todo, de sangría de votos y derrotas electorales. Pero si hay alguien atrapado en la política española, ése es Íñigo Errejón. Según una reciente encuesta de El Mundo-Sigma 2, todos los partidos lo deseaban como líder de Podemos. Todos, menos el suyo propio, donde salíó casi vapuleado en su segundo congreso histórico. Aplíquese aquí el adagio sobre lo duro que es ser profeta en tu tierra. Según los promotores de la encuesta, "España hubiera preferido que Errejón venciera el duelo". En realidad, cabe otra interpretación más plausible: el resto del arco político, y sus votantes, temen a Pablo Iglesias como vara verde. A su alma roja, que de momento es más que rentable. ¿Tiene futuro Errejón en Podemos? ¿En el PSOE? (¿Cuál es el futuro del PSOE, por cierto?)

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