LO del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, con la BBK tiene un nombre que aquí en el sur entendemos perfectamente. Ha apelado a un territorio para defenderse de lo que entiende como un agravio que no es tal. Este hombre sacó los pies del plato el miércoles cuando reprochó a la caja vizcaína que apoye, respalde y se vuelque incondicionalmente con la candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural de Europa 2016. Para defender su postura, desenterró los rancios argumentos de Euskal Herria para hacer que los vascos, todos los vascos, nos miren mal. Este hombre, que firmó su adhesión a la candidatura cordobesa, no criticó a BBK cuando ya en el mes de julio anunció que respaldaba a Córdoba en sus pretensiones culturales. Ha esperado a que las tres cajas de ahorro vascas aproximen sus posturas para temer la pérdida de una parte del pastel. Si recurre a la esencia vasca para defender su candidatura debió hacerlo desde el principio, porque desplegar ahora estas razones tiene un tufo tremendo a oportunismo, por no hablar de celos. Menos mal que el alcalde, Andrés Ocaña, le respondió ayer que lamentaba "mucho que no entienda que la BBK también está vinculada a Córdoba" y que sus palabras responden a la vieja estrategia de Elorza de "barrer para casa de una manera poco elegante". El regidor vasco no aprendió la lección cuando vino al Córdoba Palacio a presentar su candidatura y ahora se la vuelven a dar en el mismo lado. ¿Habrá más?

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