Tribuna

Ángel B. Gómez Puerto

Desempleo, el gran problema

SEGÚN señalamos los ciudadanos cada vez que se realizan estudios sociológicos, el principal problema de la sociedad actual es el desempleo. Hace unos días, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó su última encuesta general, en la que señala que para el 45,8% de la ciudadanía española el principal problema social es el paro (en mayo de 2007 lo era para el 37,5%), una auténtica lacra y tragedia social para una zona del mundo de supuesto desarrollo económico.

Como dato inicial, debemos tener también en cuenta que el Ministerio de Trabajo, con un ex alcalde al frente, se ha desprendido de la competencias en asuntos sociales y en cambio ha sumado con letras grandes Inmigración, estableciendo una clara conexión entre ambos objetivos políticos y sociales: la necesidad de arbitrar nuevas medidas para la integración laboral de los inmigrantes, sobre todo por que el sector que más inmigrantes acogía laboralmente, la construcción, está ahora en seria crisis.

Por razones de mi actividad profesional, desde 1997 he tenido (y tengo en la actualidad) la oportunidad de participar a nivel técnico en distintos servicios públicos locales de apoyo al desempleado en su proceso de orientación, formación y búsqueda de empleo, así como en proyectos para el desarrollo económico local. Conozco, pues, de primera mano el problema del desempleo y sus nefastas consecuencias personales y sociales.

Conocí como técnico en empleo en originarios programas denominados Servicios Integrales para el Empleo y Acciones de Orientación para Empleo y el Autoempleo, que puso en marcha el antiguo INEM como mecanismos de apoyo al desempleado a final de la década de los noventa, a instancias de recomendaciones y directrices de la Unión Europea. He conocido también instrumentos locales como Observatorios Locales de Empleo y Pactos Locales por el Empleo, para los que seguimos los modelos de la Provincia de Barcelona, a cuya Diputación fuimos a aprender en su momento. Todos ellos loables esfuerzos públicos, pero el desempleo lo tenemos aún como cruel problema que castiga al ánimo y al bienestar económico de las personas y las familias.

Pero, la clave es la creación de empleo. Aunque el sector público crea empleo para el desarrollo de los servicios públicos en sectores emergentes como la gestión del medio ambiente o el cuidado integral de personas, esta responsabilidad de creación de actividad económica corresponde fundamentalmente al tejido empresarial privado. La decisión de iniciar una nueva actividad industrial intensiva en mano de obra, o de instalar una empresa en un territorio es gran parte de la solución. Esta sería una línea estratégica de acción pública, favorecer las nuevas actividades intensivas en creación de empleo, siempre dentro del marco jurídico respetuoso con normas sociales y medioambientales, pues, no son admisibles atajos en el desarrollo económico de los territorios.

También las grandes corporaciones industriales y empresariales deben tomar decisiones internas en términos de creación de nuevas empresas con el ánimo de contribuir al desarrollo económico de territorios y municipios que necesiten reactivación económica y laboral, desarrollando políticas empresariales de responsabilidad social corporativa que sin duda también les reportará finalmente beneficios en sus cuentas de resultados.

En definitiva, considero que es responsabilidad tanto de instituciones públicas como del mundo empresarial su aportación a la extinción de esa auténtica lacra social que es el desempleo, que genera exclusión, pobreza, desigualdad social, empobrecimiento e insatisfacción personal, impidiendo nuevas oportunidades vitales y profesionales.

Realmente, la lucha contra el desempleo debiera ser el gran objetivo institucional de las nuevas Cortes Generales y del nuevo Gobierno de España, impulsando un gran acuerdo de Estado al efecto, con la participación de las Comunidades Autónomas y de las Administraciones Locales, y con dotación real de recursos financieros para llevar a cabo las líneas políticas que se acuerden. La ciudadanía lo está esperando y lo necesita.

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