Tribuna

Angel B. Gómez Puerto

Cultura, política y empleo

TRES palabras, tres realidades, tres focos de problemáticas, tres posibilidades de desarrollo del Estado Social y Democrático de Derecho. Nuestra Constitución, que consagra a los partidos políticos como importantes agentes de participación, también declara al más alto nivel jurídico como derechos fundamentales el acceso a la cultura y a un empleo adecuado. En los últimos días hemos leído en las páginas de local y de cultura de El Día cómo el flamante delegado provincial de la Consejería de Cultura conectaba la cultura con la generación de actividad económica y la creación de nuevos empleos. En esta tribuna de opinión hemos mantenido en más de una ocasión que la industria cultural es una de las oportunidades más claras del modelo de desarrollo económico de Andalucía en general, y de la Ciudad de Córdoba en particular.

El acceso a la cultura del ciudadano, las medidas administrativas para hacer realidad este objetivo constitucional, la promoción desde las administraciones públicas de nuevas actividades culturales, el desarrollo del turismo cultural, la aspiración de ciudad a ser Ciudad Europea de la Cultura, o la implementación de planes de formación y cualificación en el campo de la gestión cultural como clave para la generación de nuevas empresas y nuevos empleos, constituyen el contenido de un esquema en el confluyen esos tres conceptos, la Política, la Cultura y el Empleo. En el campo de la política andaluza, conviene recordar que en el pasado año se aprobó por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía el Decreto 10/2008, por el que se aprueba el Plan Andaluz de Desarrollo Industrial para el período 2008-2013, que define una serie de sectores estratégicos a nivel regional por su demanda de conocimiento y por sus posibilidades de incrementar la innovación, la productividad y el crecimiento regional. Entre estos sectores se apunta expresamente a la industrial cultural.

El pasado año 2008 se celebró el I Congreso de Industrias Culturales de Andalucía, con el objetivo general de impulsar el valor económico de la cultura. En ese primer encuentro técnico y profesional de este emergente sector económico se puso de manifiesto que una de las debilidades del mismo es la falta de formación, precisamente uno de los objetivos a acometer la profesionalización del sector en términos de generación de empleo y de oferta de calidad en un mercado cada vez más competitivo. No obstante, se reflejó en este evento el dato de que actualmente el sector cultural cuenta con 70.000 empleados en Andalucía.

Otro de los factores negativos que impiden actualmente el desarrollo de la industria cultural es su fragmentación. Para superar esta debilidad, serían convenientes medidas de integración, cohesión y vertebración de esta actividad empresarial, mediante asociaciones profesionales y/o apoyo institucional claro a los principales agentes del sector, creadores de cultura y empresas de servicios culturales. No olvidemos que se trata de un sector de actividad en el que es clave el factor humano, la creación, la idea, la imaginación, pero que es clave su organización como sector empresarial.

En el ámbito local de Córdoba, esa línea estratégica está especialmente señalada en el ámbito institucional y empresarial como una clara posibilidad de creación de nuevas empresas y nuevos empleos. Córdoba, como destino turístico de gran importancia, tiene que desarrollar a tope la generación de actividad cultural para llenar de contenido la "marca Córdoba, Ciudad Cultural", con el objetivo último de conseguir que nuestra ciudad sea más visitada, lo que redundará además en el incremento de actividad del sector hostelero, otro de los subsectores clave de la economía cordobesa. En este sentido, tendrían muchas posibilidades empresas especializadas en gestión de eventos culturales, que investigaran la creación cultural en su más amplio sentido, y la promocionaran en forma de evento para su disfrute y consumo público.

En definitiva, Política, Cultura y Empleo son tres realidades que en nuestra tierra debieran tener múltiples puntos comunes y enormes posibilidades de interacción. Desde luego se han abierto en los últimos años interesantes proyectos de formación (en forma de talleres de empleo y programas de formación profesional), y gestión pública (Fundación Córdoba Ciudad Cultural, actividades culturales impulsadas por el Ayuntamiento y Junta de Andalucía), encaminados a hacer realidad más actividad cultural como motor de más actividad económica y generación de empleo. Este debe ser el camino a seguir, y a potenciar.

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