Cuentan las crónicas...

Cuentan las crónica que la nueva colección de Palomo Spain fue la repera en la Madrid Fashion Week

Cuentan las crónicas que el diseñador cordobés Alejandro Gómez Palomo, conocido como Palomo Spain, triunfó anoche en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, la antigua pasarela Cibeles. Cuentan las crónicas que aquello fue la repera, la leche en botellita de oro, y que nadie quería perderse la nueva colección del que es ya el enfant terrible de la nueva moda española. Cuentan las crónicas por tanto que por el lugar se dieron cita personalidades diversas: desde el político popular Javier Maroto, quizá el más chic del poco moderno PP de Mariano, hasta la espectacular actriz de Hollywood Lindsay Lohan. Cuentan también las crónicas que Palomo deslumbró con su colección, que se llama Hotel Palomo y que, con 68 salidas, "ha propuesto prendas que visten al hombre desde que sale de la cama hasta que se acuesta y así disfrutan vestidos confeccionados con sábanas, vaporosas batas o confortables trajes de felpa níveos". También cuentan, y cito de nuevo textualmente, "que en esta nueva colección, por primera vez, Palomo Spain trabaja el punto y lo hace en prendas ideadas para el día, para esos chicos que disfrutan la vida viajando de un lado a otro con prendas cómodas como monos con chalecos largos". Cuentan las crónicas en fin que "Palomo Spain se centra en afianzar su marca que hoy en día vende en Nueva York, Los Ángeles, Japón o París yque el diseñador, que admira a Balenciaga, Galliano y Karl Lagerfeld, "asegura que "lo más difícil es establecer los cimientos". Hasta aquí lo que cuentan las crónicas, pero por encima de ellas quizá está lo que no cuentan: la locura de este mundo nuestro en el que un talento hace que pases de ser un corriente chico de pueblo a una estrella en la que confían cantantes y célebres directores de cine, un famoso que acapara flashes y atenciones que se mueve por hoteles cinco estrellas y que quizá nunca van a un mercado ni nunca pela un ajo. La vida loca del capitalismo chic que confío que a nuestro paisano Alejandro, tan joven, no lo vuelva loco porque la vida real está más cerca de su Posadas natal, de su abuela y del ajo que de Lindsay y el organdí.

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