Ciudadanos ante la Realidad

Albert Rivera se empieza a perfilar como el líder de un centroderecha más joven y moderno

Ciudadanos es el partido de moda en las encuestas. Su dilema, en estos momentos, es mirar hacia la derecha o hacia la izquierda. Como le pasa a todos los partidos de centro, puede ganar y perder votos por ambos lados. Albert Rivera ya empezó a posicionarse cuando prefirió lo liberal a lo socialdemócrata. Por lo común, en Europa, los partidos liberales y de centro tienen la llave de los gobiernos y el sostén de las coaliciones. En España, sólo la UCD ha gobernado como un partido catalogado como centrista, y eso sucedió en 1977, al principio de la democracia. Apenas duró cinco años, hasta que en 1982 llegó al poder el PSOE de Felipe.

Hasta ahora Ciudadanos ha cumplido el rol útil del centrismo europeo: apoyar cuando hacía falta. Han ayudado al PP y al PSOE, por lo general sin entrar a gobernar, como unos amigos generosos, a cambio de ciertas propuestas. Por otra parte, el PP y el PSOE también reivindican la centralidad, cuando les conviene, desde el centroderecha y el centroizquierda. En el caso del PSOE, Pedro Sánchez lo reivindica menos que Susana Díaz. A diferencia de la presidenta de la Junta, que ve a Podemos como la bicha, a Pedro le gusta más pactar con ellos que con Ciudadanos, a los que ha calificado como "la media naranja del PP".

Ciudadanos podría tener una opción remota y muy dificultosa para gobernar en Cataluña con Inés Arrimadas. Necesitaría el apoyo imprescindible del PSC y el PP catalán, pero ni aún así parece viable, según la mayoría de las encuestas. Por otra parte, desde la ambigüedad, Miquel Iceta espera quedar por delante de Inés Arrimadas y podría presidir la Generalitat con el apoyo de Ciudadanos y el PP, además de los Comunes de Podemos. Misión no menos imposible, porque Ada Colau y Pablo Iglesias sólo entrarían en un contubernio para resucitar otro Tripartito con ERC.

Aunque Inés Arrimadas se quede desairada por el PSC, no parece probable que Ciudadanos llegase a la situación extrema de romper los pactos que tiene con el PSOE, como el de la Junta de Andalucía. Sin embargo, su oposición dura ante el Cupo Vasco (a la derecha de Rajoy) nos hace ver que va a pelear por un espacio pendular, desde el centro a la derecha, que en los últimos años ha sido el territorio del PP. Albert Rivera se empieza a perfilar como el líder de un centroderecha más joven y moderno. Falta por ver si es sólo un amago, o una tentación. También está por ver si el PP se duerme en la corriente, o a qué juega.

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