Carta a Rosa M. Miras puigpinós

Ahora pide perdón, pero la red ni perdona ni olvida. Es perversa y endiablada en estos casos

Me gustaría comenzar esta misiva con estimada, querida o admirada. Toda cortesía ha sido bloqueada por la propia receptora. Aún, diré, Señora Miras: lamento que, como ha declarado, "vaya con miedo por la calle", que "haya recibido un aluvión de insultos y amenazas, " que "no entienda el linchamiento público que ha sufrido desde entonces". Me compadezco cuando se derrota confesando que " lo peor es que nunca encontrará otro trabajo". Éste entonces debe una obligada explicación. Usted, mientras veía un debate en T5 en el que participaban Miquel Iceta, del PSC; Xavier García Albiol, del PP; Carles Campuzano, de PDeCat; Teresa Jordà, de ERC; Joan Mena, de ECP ; Jordi Sánchez, presidente de ANC, junto a Inés Arrimadas, de C's, públicamente los denominó como " la puta barata, el mongolo, la maricona mala, el aborto del diablo y el abogado defensor del Isis". Se escuda en que "sintió un calentón " cuando lo envió. En su escrito anticipaba que " sabía que le iban a llover las críticas" Aún así publicó su deseo para que "Arrimadas fuera violada en grupo… esa perra asquerosa" Ahora se le "cae la cara de vergüenza". Concluye con que "no le queda más remedio que pedir perdón". La red ni perdona ni olvida. Es perversa y endiablada en estos casos. Le diré que no soy vengativa ni me alegro del mal de los demás. Más al contrario. Tiendo a la empatía y el perdón. Pero el dolor que, dice, está padeciendo usted lo sufren centenares de individuos populares, famosos, por comentarios como el suyo que se viralizan en el mar del mal... Si cada hater, odiador, sufriera su experiencia, la red podría ser, incluso, del todo útil. Hay quien ve desproporcionado que le hayan denunciado y despedido de su trabajo. Aquellos que califican dichas desmesuras deberían invertir el mismo ímpetu dando los iguales argumentos para todas las víctimas. Estimada señora Inés Arrimadas: siento profundamente que haya sido objetivo del fiero deseo de Rosa María: ser violada en grupo. Apoyo su denuncia interpuesta (se debe denunciar) contra el ultraje ya que las redes, como reveló un estudio del Ministerio de Interior, son la principal fuente de odio. Aunque es un medio por el que la gente se comunica, debe ajustarse a las leyes. Nadie desea soportar semejante escarnio, pero que sea para bien. Si supieran utilizar las redes para divulgar opiniones basadas en el rigor, respeto y pensar antes qué se va a subir, se evitarían también, autocondenas. Ésta puede ser otra lección para todos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios