Histórica. Brillante. Así ha sido en Córdoba la magnífica Semana Santa de 2017 que hoy, Domingo de Resurrección, termina. No ha habido que lamentar incidente alguno como el que unos cuantos desalmados provocaron en la Madrugá sevillana y que pudo convertirse en tragedia. Hay que felicitar por tanto a todos quienes han participado en ella. Principalmente a las cofradías que durante el año trabajan en silencio para hacer posible esta semana maravillosa mientras ayudan al prójimo y socorren a quien lo necesita sin pedir nada a cambio. También a los políticos y técnicos que la han hecho posible y segura, desde el subdelegado del Gobierno a la alcaldesa -me gustaría que no sea éste el primer y único elogio que vaya a dedicarle a lo largo de su hasta ahora poco fructífero mandato- pasando por el concejal de Seguridad y los distintos miembros de policía y protección civil que han trabajado en ello, así como a esos políticos comprometidos todo el año en el apoyo a la actividad cofrade, en especial Luis Martín y Carmen Sousa. Y, por supuesto, a los cordobeses, y a quien nos han visitado estos días, que han colaborado en ese éxito, aceptando a veces estoicamente incomodidades, prohibiciones o restricciones, y algún que otro exceso de celo de la organización.

Hay unanimidad en la ciudad (o casi, que nunca faltan los pájaros de mal agüero) en considerar que la Semana Santa se ha desarrollado con éxito. La prensa local se ha volcado en su cobertura y todos se han hecho eco de ello, con una rara unanimidad, por cierto, en el uso generalizado de la palabra Catedral que en otras fechas del calendario se puede llegar a echar de menos.

Llegados a este punto, sí hay que preguntarse varias cosas. ¿Obedece el éxito al traslado de la Carrera oficial?; ¿habría sido menor ese éxito con el recorrido antiguo?; ¿Debe mantenerse con vocación de permanencia la carrera oficial en el entorno de la Mezquita-Catedral?; ¿es razonable limitar el disfrute de las procesiones a unos pocos afortunados en lugares emblemáticos prohibiendo el paso a quien no ha pagado por ello? No tengo claras las respuestas, pero sí que, cuestiones de seguridad aparte, no es buena idea limitar el acceso al principal emblema de la ciudad ni hacer una carrera oficial apartada de la mayoría y exclusivamente de pago. Si se logra evitar esto, el éxito sí será total.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios