Asilo

No hay soluciones milagrosas contra el yihadismo. Ni las bravatas de Putin, ni los delirios de quienes acusan a Occidente

Tras el atentado de Berlín -que por desgracia no será el último-, las redes sociales se han llenado de comentarios despectivos contra Angela Merkel. Para nuestra izquierda más bobalicona -la que se enfrasca en unas disputas ideológicas que parecen las de los frailes dominicos contra los frailes franciscanos del siglo XIII-, Angela Merkel es una nazi, una sádica y la responsable intelectual del austericidio que ha condenado a millones de europeos del sur a las penurias y las calamidades. Pero, ahora, la extrema derecha más visceral de Europa -la misma que en EEUU vota a Trump y que en Inglaterra ha propiciado el Brexit- la acusa de haber dejado entrar a un millón de terroristas disfrazados de refugiados. Incluso personas que parecían moderadas, ahora ya gritan furiosas contra ella.

En un solo año, la Alemania de Angela Merkel ha admitido a un millón de refugiados. Esta decisión chocaba contra todos los cálculos electorales -porque nadie gana votos aceptando refugiados-, pero Angela Merkel la tomó porque su país estaba obligado -según dijo- a dar ejemplo en la acogida humanitaria. No sé si somos capaces de imaginar el esfuerzo que un país tiene que hacer para acoger a un millón de personas que llegan con una mano delante y otra detrás, y a las que hay que alojar y mantener y buscarles un trabajo. Desde la II Guerra Mundial, ningún otro país europeo ha hecho lo que Alemania ha hecho en un solo año. Pero ahora resulta que Angela Merkel no sólo es la nazi del austericidio, sino la pérfida traidora que ha permitido la entrada del caballo de Troya yihadista. Como en los años 30, ya tenemos a los dos extremos del espectro político -comunistas y fascistas- atizando sin piedad, cada uno por su lado, a los partidos centristas que intentan mantener la tambaleante legalidad democrática.

No hay soluciones milagrosas contra el terrorismo yihadista. Ni son creíbles las bravatas de Trump y Putin (¿cómo pretenden "exterminar a los terroristas allá donde estén"?), ni tampoco los delirios masoquistas de quienes acusan a Occidente de ser el único responsable del yihadismo. La única herramienta útil es la solidaridad europea, la cooperación policial, la confianza en las instituciones y una política más restrictiva de asilo. Es justo acoger a los refugiados sirios, sí, pero en Pakistán no hay ninguna guerra, que sepamos.

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