En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Amores que duelen

El pasado año se cerró con 44 víctimas mortales a manos de sus parejas en España, siniestros que dejaron además 26 huérfanos. Actualmente hay en la provincia de Córdoba casi un millar de mujeres con parejas sobre las que pesa una orden de alejamiento. Con este negrísimo panorama, la Federación Andaluza de kick boxing dará cursos gratuitos de esta modalidad deportiva a esas víctimas sobre las que pese un riesgo extremo o alto de sufrir violencia de género. El objetivo es que estas mujeres aprendan técnicas de autodefensa para librarse de una posible muerte segura a manos de un psicópata que dice actuar en nombre del amor. Parafraseando a Joan Manuel Serrat, probablemente en su pueblo a estos tipos se les recordará como a cachorros de buenas personas, de esos que hurtaban flores para regalar a su mamá y daban de comer a las palomas. Pero nada más lejos de la realidad.

El patrón de comportamiento de estos tipejos que creen erróneamente actuar en nombre del amor es prácticamente el mismo en todos ellos. Empieza por controlar el móvil de su pareja, por ver todos sus movimientos en redes sociales como Facebook y Whatsapp, por espiar los lugares que frecuenta, con quien se relaciona -por odiar todo lo que cree que se interpone entre la otra persona y él-...pero claro, es en nombre del amor, y en nombre del amor todo vale. Esta especie sin riesgo de extinción -para infortunio de sus víctimas- confunde precisamente deseo de posesión con amor, obsesión con amor... Todo lo que hace está justificado aunque haga daño, porque lo hace en nombre del amor. Los celos que siente no son celos, están también sentidos con muchísima razón porque está convencido de que son producto del amor más puro y más grande, un tipo de amor que jamás otro podrá ofrecer. En definitiva, esa especie sin riesgo de extinción prostituye ese sentimiento al que ya le cantó Sting con un sabio consejo incluido al recomendar que si quieres a alguien, déjalo libre -If you love somebody set them free-. Prostituyen el amor siempre en beneficio propio, porque el único amor que ellos conocen es el a sí mismo.

Si al leer esto te sientes indentificado/a, lo siento por la persona a la que dices amar, lo siento por esa persona a la que estás haciendo tantísimo daño en el nombre de tu amor, de tu obsesión. Ninguna mujer -u hombre, que también los hay- merece ese sinsentido. Nadie se merece que te armes hasta los dientes en el nombre del amor, que juegues a la ruleta rusa con alguien que no tiene repuesto. Ya lo advirtió también Joan Manuel Serrat, para estos tipos la culpa es del otro si algo les sale mal. Y como a él le ocurre, tengo claro que entre esos tipos y yo hay algo personal.

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