Ambrosio y la homeopatía

Cuesta ver a la señora Ambrosio, izquierdista se supone que juiciosa, poniendo en un brete la seguridad jurídica

La Junta, a través del consejero José Fiscal, ratificó el miércoles en el Parlamento que el proyecto de valorización o quema de residuos que la cementera Cosmos quiere desarrollar en su factoría cordobesa es legal y viable, lo que significa que no pone en riesgo la salud de la población. Fiscal, sin embargo, matizó ayer sus palabras y vino a decir que su posición es ésa, pero que ellos no son nadie para inmiscuirse en la decisión del cogobierno de negar la posibilidad de que se valorice en diversos puntos del entorno urbano, los que ocupa Cosmos obviamente incluidos. La pelota queda pues en el tejado consistorial, y ahí la alcaldesa parece no tener dudas en su idea de seguir adelante con los impedimentos a la cementera, cuestión que nada tiene que ver con las juiciosas posiciones de la Junta y en general de su partido sino con su necesidad de mantener medio sólidos los tambaleantes respaldos que la llevaron a la Alcaldía. Ambrosio comulga así, sea con más o menos gusto, con esa izquierda iluminada y sentimentalona, creciente al parecer, que cree con firmeza en las pseudociencias y que es capaz de poner en riesgo la plantilla de una industria histórica sin tener aval científico alguno que respalde su posición. Basta en su caso la ideología, no entendida como cosa razonable sino como una fe que igual permite estar en contra de la valorización que a favor de la homeopatía o de las tesis conspiranoicas que sostienen que los atentados yihadistas, desde Nueva York o Boston hasta Barcelona, son obra de los servicios secretos norteamericanos y el incendio veraniego de Doñana una estrategia maquiavélica del Club Bilderberg. Cuesta ver a la señora Ambrosio, izquierdista se supone que europeísta, legalista y juiciosa, poniendo en un brete a la seguridad jurídica en una ciudad marcada por el alto desempleo casi crónico. El mensaje que manda con ello a los empresarios está claro y no es precisamente el mejor si se quieren captar inversiones. Ni los sindicatos ni la Junta respaldan esta deriva municipal, pero hay veces en política, como bien parece saber Ambrosio, que para salvar los muebles hay que creer en duendes y elfos aunque en realidad no se crea en nada de eso.

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