Por mi banda

Raúl Díaz / Rdiaz@ / Eldiadecordoba.com

¡Ahora, Arcángel, ahora!

"¡Ahora, Quini, ahora!". Ése era el aullido de El Molinón en pos de un gol, una sonrisa suya. 23.000 almas no dejaron de bramar ni en el descanso del duelo con el Córdoba, cuando tributaron un sonoro homenaje a su ídolo: El Brujo, santo y seña de Asturias. En el palco se emocionó el delegado del Sporting, ayer eficaz y bravo delantero y hoy valiente luchador contra ese mal llamado cáncer. De garganta, y por eso el estadio le prestó su voz y le regaló aliento en dosis infinitas. Lo del sábado fue impresionante. Y lo del próximo domingo, en El Arcángel, tiene que serlo. Jamás viví nada igual. He estado en el Bernabéu, viendo al Madrid en Champions, o en La Cartuja, siguiendo a la selección española. Pero hasta ahora no había sentido nada comparable a esas gradas rojiblancas de Gijón, auténticas cataratas de pasión. La afición sportinguista llevó en volandas a los suyos para obtener la remontada y me demostró -nos demostró- que merece lucir en el escaparate de Primera. Y el cordobesismo debe colaborar contra el Ferrol con esas armas: la bandera, la canción, el aplauso, la bufanda, el bote. La mano amiga, el empujón virtual. Contribuir en el propósito de que el equipo de sus raíces, su corazón y/o sus desvelos se salve, no se hunda. Ha llegado el momento de comprobar si el Córdoba es digno de seguir en Segunda. Y toda ayuda es poca.Reclamo el espíritu de la pasada fase de ascenso, cuando ese foco melodramático de El Arenal se tiñó de blanco y verde para intimidar al Pontevedra y al Huesca. Todos a una. Lo reclamo porque no hay marcha atrás, pues el proyecto pende de un hilo. Faltan dos jornadas y un solo compromiso -nunca mejor dicho- en casa, antes de acudir a la angustiosa hoguera de Anoeta. Es ahora o nunca. ¡Ahora, Arcángel, ahora!

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